Tras un año de dilatada espera, Ceuta se instaló de nuevo hace ahora dos días en lo más profundo de la época de las Cruzadas. Lo hizo, como marcan los cánones, a remolque de ese Mercado Medieval que, cada vez, más y más simpatías parece generar. Pese a estar siendo su escenario -como siempre- el antiguo Ángulo, la estela del Medievo ha escapado momentáneamente este 14 de septiembre de nuestro más singular conjunto monumental para alojarse a varios kilómetros de distancia del mismo.
Aunque no tan antiguo como el Mercado en sí -hablamos de un evento ambulante que lleva ya varias décadas celebrándose en la ciudad-, es, desde hace algún tiempo, casi tan tradicional como este. En un intento por seguir avanzando en ese camino hacia su plena instauración como tradición, la entidad que está detrás de su desarrollo ha optado este 2024 por repetir fórmula: El Solitario ha vuelto hoy a organizar una ronda de juegos de mesa.
A falta de local propio, la asociación ha convertido de nuevo la sala de usos múltiples de la Biblioteca Pública Adolfo Suárez en su particular tablero de juego (literalmente, de hecho). En esta ocasión, la jornada ha estado atravesada de cabo a rabo por lo medieval, un reclamo que, aun no siendo tan poderoso como Halloween, ha acabado surtiendo el efecto inicialmente deseado en lo que a acogida se refiere.
Cuatro horas, cinco mesas, aperitivos, bebidas, un catálogo de juegos para todos los públicos: esa ha sido la propuesta con la que la entidad que encabeza Daniel Vicente ha logrado seducir -un año más- a un buen puñado de familias que han encontrado en la cita un plan de sábado cercano a la perfección.
Estaban llamados a tomar parte en el evento tanto adultos como los más pequeños de la casa. A ojo de buen cubero, el que escribe estas modestas líneas diría que han sido entre quince y veinte los valientes que no han dudado en cambiar una mañana de cafés y churros (o columpios y toboganes) por una plácida sesión de juego a resguardo del viento de levante.
Por descontado, el plato fuerte de la iniciativa han vuelto a ser los juegos de mesa. Había para elegir: Sagrada, Catán, Queendomino, El valle de los vikingos... "Todos son para todos los públicos", revelaba Vicente al que suscribe. "Lo bueno de estos juegos es que pueden disfrutarlos a la misma vez personas de diferentes edades", ampliaba.
A pesar de haberse celebrado en sábado (y no en viernes, como casi siempre), la ronda se ha desarrollado a pedir de boca. "Estamos muy contentos", apuntaba Vicente, visiblemente satisfecho por haber conseguido a través de su proyecto "reunir a familias y amigos".