La interpelación en sesión de control del portavoz de Caballas, Mohamed Alí, era un aviso a navegantes. Una alerta sobre la casi inexistente política de contrataciones del Gobierno, que ha “renunciado” a ella en una “clara vejación de funciones”. “Usted misma dijo aquí que los tramites de contratación eran muy farragosos. Eso no puede ser un argumento”, señaló el portavoz localista.

La política de contratación"va cuesta abajo y sin frenos", denunciaba el portavoz de Caballas, Mohamed Alí en sesión de control al Gobierno, lamentando la paralización de las licitaciones de obras. "Prácticamente han renunciado a la política de contratación, de forma irregular y muy viciada decidieron tirarse la fórmula mágica de Tragsa, encomendando todo, ya no solo las obras, también los monitores de natación, la limpieza… Todo para Tragsa. Es una dejación de funciones en un eje fundamental para el correcto funcionamiento de una institución; la política de contratación”, reprochaba Alí, poniendo la obra de la Estación de Ferrocarril como un claro ejemplo de esta dejación de funciones. “Sonroja decir que se comenzó en 2008, parece la obra del Escorial y de la Gran Vía mejor ni hablamos…”.

Críticas que negó tajantemente la consejera de Hacienda, Kissy Chandiramani, recordando que la Ciudad no contrata con Tragsa desde 2019, salvo servicios puntuales, en ningún caso obras. Pero Chandiramani incidió también en lo farragoso del proceso de licitación que viene defendiendo como causa de las demoras en las adjudicaciones. Una queja que cree que se confirma con la reciente modificación de la Ley de Contratos para evitar estos lastres burocráticos y poder ejecutar en tiempo y forma los 14.000 millones de euros del Plan de Resiliencia con fondos europeos. Chandiramani reconoció que el problema se ha dado en muchos casos pero no es la realidad del conjunto de la gestión de la obra por parte del Gobierno: “No puede hacer de la excepción norma general”.