Los dos líderes de la coalición Caballas, Mohamed Ali y Juan Luis Aróstegui, han denunciado este jueves públicamente en una rueda de prensa que el PP de Ceuta está "tejiendo una estrategia irregular para captar votos por correo" de cara a las próximas elecciones del 22 de mayo. "Que se abstengan de hacer cualquier tropelía para intentar manipular el voto a distancia", ha pedido Ali a los Populares, a los que ha advertido de que pondrá sus "artimañas" en conocimiento de la Delegación del Gobierno para que esta obre en consecuencia "y garantice el cumplimiento escrupuloso de la legislación durante el proceso electoral".

Las "artimañas" del PP pasan, según han desgranado Ali y Aróstegui, por "reclutar" a diferentes personas de la periferia "para que vayan por las barriadas con un formulario recopilando el nombre, el número de DNI y la fotocopia del carné de identidad de vecinos para hacérselos llegar al Partido Popular y que este intente beneficiarse de esa información".

La legislación vigente establece que los electores que desean emitir sus sufragios a distancia deben solicitarlo a la Delegación Provincial de la Oficina del Censo Electoral (cualquier oficina de Correos) a partir de la fecha de convocatoria de los comicios y hasta el décimo día anterior a la votación, un certificado de inscripción en el Censo.

La petición debe efectuarse "personalmente" y el funcionario de Correos está obligado a "exigir" al interesado que exhiba su DNI (no se admiten fotocopias). En caso de enfermedad o incapacidad que impida la formulación personal de la solicitud esta debe acreditarse por medio de certificación médica oficial o escritura pública, sin que en la misma pueda incluirse a varios electores, ni una misma persona representar a más de un elector.

Eso es la teoría. Caballas teme que, recopilando los datos personales de vecinos, el PP intente beneficiarse del desconocimiento de la normativa en algunos casos o de cierta laxitud a la hora de gestionar las peticiones en Correos. "Pediremos audiencia con el delegado del Gobierno para ponerle al tanto de los movimientos del PP de los que hemos tenido conocimiento y nos preocuparemos de garantizar la transparencia del proceso", ha anunciado este jueves Ali.

La reunión del Ulises

El punto de inflexión de estas "artimañas" lo encuentra Caballas en reuniones como la que hace menos de diez días congregó en el Hotel Ulises a una quincena de ciudadanos, hombres y alguna mujer, todos ellos de la periferia, algún presidente vecinal como el del Príncipe Felipe, algún comerciante del Tarajal... Su anfitrión fue, americana verde y agenda en mano a la puerta del bar del establecimiento, el ex viceconsejero de Servicios Ambientales, Alberto Solano, un veterano militante del PP ceutí que saltó a la popularidad cuando el PSOE exigió su destitución tras descubrirse que compaginaba su cargo público sin poder hacerlo con el de apoderado de la empresa 'Estructuras Cobesan'.

En dicha reunión, según han informado a Caballas testigos presenciales de la misma, que se prolongó durante dos horas, se acordó formar equipos de dos o tres personas con la encomienda de recopilar nombres completos y fotocopias del DNI de cuantos vecinos se pudiera en las barriadas de referencia de los congregados.

"Por lo que sabemos esta estrategia no vincula al movimiento vecinal como tal, sino a personas concretas", ha dejado claro este jueves Aróstegui a preguntas de los periodistas. "No sabemos si se les ha ofrecido algo a cambio o no, aunque conociendo al PP ceutí algo habrá", le ha completado Ali antes de recordar que "el tiempo pone a cada uno en su sitio y todos podremos saber, seguramente después de las elecciones, dónde acaba cada uno".

Al menos una parte de ese grupo que se reunió en el Ulises, al que no se sumaron otros presidentes de barriadas que también han brindado su colaboración expresa, forma parte del conglomerado de representantes vecinales y otros agentes que desde hace meses viene especulando con la posibilidad de formar un nuevo partido, de presentarse bajo la siglas del Partido Ceutí fundado en 1994 y con domicilio social en la barriada del Príncipe Felipe o de trabajar para un tercero (se han ofrecido tanto al PP como al PSOE) a cambio de un empleo seguro. Eso sí, con contrato "antes de la cita electoral" para prevenir olvidos.

El (mal) ejemplo melillense

La denuncia de Caballas trae a la memoria de inmediato a la ciudad hermana de Melilla, donde hace cuatro años la Fiscalía detectó una "realización programada de acciones tendentes a asegurar el voto hacia el PP, mediante la práctica masiva de promoción de solicitud de voto por el correo (...) a cambio de cobrar por asistir a cursos de alfabetización, tener expectativas de trabajo de un consejero, o recibir vales de dinero". Y es que la legislación parece no poderlo todo.

De las 2.400 solicitudes de voto por correo formuladas en las últimas elecciones en Melilla, 1.576 fueron enviadas desde la ciudad; 229 tenían la letra de cinco únicas personas y presuntamente hubo suplantación de votantes. El fiscal dedujo que una serie de melillenses, a cambio de ayudas económicas o promesas de trabajo, firmaron solicitudes de voto por correo que rellenaron en su lugar otras personas antes de entregarlas en Correos. Cuando les llegó la documentación oficial para ejercer su derecho a voto, un sobre marrón, la entregaron a las personas que les habían captado, supuestamente afines al PP, según la investigación. Y, así, quedó en manos de la trama ejercer su voto.

Este sistema de supuesto fraude, según informó la Fiscalía en 2007, exigía "tener captadas clientelas desde unos meses antes de las elecciones, encargándose de ello personas de origen bereber". El caso quedó en agua de borrajas en julio de ese mismo año al entender el TSJA que el presunto fraude electoral denunciado afectaba, en el mejor de los casos, a un centenar de papeletas, por lo que no se podía entender que el proceso había estado viciado.

Cerrado ese asunto, como antes había ocurrido con el de las miles de solicitudes de voto por correo que el PP había pedido imprimir al margen de los cauces oficiales, los juzgados de la ciudad hermana instruyen actualmente un sumario contra PSOE y CPM por supuestas irregularidades detectadas en la ciudad autónoma en el voto a distancia en las elecciones generales de 2008. El PP ganó las elecciones de 2008 en Melilla, por lo que se llevó el único diputado que le corresponde a la ciudad frente a la coalición PSOE-CPM. Según el PP, la diferencia fue menor de la esperada y el voto por correo se duplicó, algo que achacan al supuesto fraude.

El PSOE dice que el testigo clave está comprado por el PP. Para afianzar esta idea el ministro de Fomento, José Blanco, ha desvelado una conversación grabada en el que este dice "¿Qué hay de lo mío? Si no cumplís, cuando me llamen, diré que no sé nada de lo que me dijisteis que dijera que tenía que decir", a lo que altos cargos del Gobierno de Melilla responden: "Lo tuyo ya lo tengo arreglado y lo voy a concretar mañana", según ha publicado el diario EL PAÍS.