Caballas lamenta que “después de cuarenta años desde la aprobación de la Constitución española, Ceuta (junto a Melilla) sufre la humillación de liderar todas las clasificaciones negativas que miden el grado de desarrollo y bienestar de nuestro país” por lo que es urgente y necesario un plan de impulso.

Caballas, en la próxima sesión ordinaria, instarán al Pleno a reivindicar ante los poderes del Estado, los Grupos Parlamentarios, y en especial ante Gobierno de la Nación, un Plan Urgente de Impulso de Ceuta y Melilla que incluya la firma de un nuevo “Tratado de Buena Vecindad” con Marruecos, un Plan Urgente de Inversiones para compensar la Deuda Histórica; un Plan de Protección Social similar al PER de Andalucía y un Plan Estratégico de Reactivación Económica.

Por un lado, proponen desde Caballas es urgente un Plan Estratégico de Reactivación Económica, que deberá incluir, entre otros objetivos, “la actualización del Régimen Económico y Fiscal Especial, planes sectoriales de desarrollo, soluciones al problema del transporte y las comunicaciones, y revisión de nuestro estatus en la Unión Europea”.

Un punto este último que (dejando al margen el contenciosos soberanista) “garantice unas relaciones seguras y fluidas entre los ciudadanos de ambos lados de la frontera, garantizando los derechos de todos y favoreciendo el desarrollo y el bienestar de las poblaciones limítrofes”.

Un PER para Ceuta

Asimismo, Caballas plantea la necesidad de programas de Vivienda de Protección Pública, centros educativos y equipamientos sociales, además de la implantación de un programa similar al PER que se aplica en otras Comunidades Autónomas.

Desde Caballas recuerdan además que “ninguno de los graves problemas estructurales que afectan a Ceuta, han encontrado una respuesta adecuada durante las últimas décadas” y lo que es peor, “los recientes cambios producidos en la política de fronteras entre Ceuta y Marruecos, han provocado un enorme caos en Ceuta y Melilla, añadiendo nuevos y mayores problemas a los que ya veníamos padeciendo. No puede ser que la consecuencia de los “acuerdos para el control de la inmigración” entre los Gobiernos de España y Marruecos, terminen pasando una factura impagable a los habitantes de Ceuta y Melilla”.