Caballas quiere que el Pleno de Ceuta se solidarice con la población asediada de Gaza


Caballas quiere que el Pleno de Ceuta se solidarice con la población asediada de Gaza

- Los localistas manifiestan que no quieren "ser cómplices" del "crimen" que viene cometiendo Israel sobre la población palestina de Gaza

- En la propuesta la coalición repasa una serie de hechos desde el año 2006 cuando se inició un bloque sobre la franja

La coalición localista Caballas quiere que el Pleno de la Asamblea de Ceuta apruebe esta misma semana un acuerdo para “Expresar públicamente la solidaridad de la Ciudad de Ceuta con la población asediada de Gaza, así como el apoyo a la iniciativa ‘Mujeres Rumbo a Gaza’, y nuestro abrazo a modo de homenaje al valor y la fortaleza de las mujeres de Gaza”.

El asunto servirá a buen seguro para que la situación de conflicto que vive la región se debata en la ciudad, la parte expositiva de la propuesta de Caballas repasa algunos hechos ocurridos en la última década en la zona.

Caballas recordará las palabras de un asesor del primero ministro de Israel, Ariel Sharon: “No los vamos a matar de hambre pero les vamos a someter a una dieta extrema de adelgazamiento”. Pronunciada en 2006, la oración representa para Caballas “el cinismo de quien se sabe impune” y anunció el inicio del “bloqueo israelí sobre la población de Gaza”.

“Nueve años después, en esta pequeña franja de tierra palestina, más de un millón ochocientas mil personas continúan sometidas al cruel e inhumano asedio del ejército israelí. Desde sus torres de vigilancia, soldados israelíes disparan contra los campesinos que han tenido la desgracia de que sus tierras queden demasiado cerca de la zona de frontera donde no puede haber árboles, ni cultivos, ni un niño corriendo detrás de una pelota porque todo lo que se mueva será abatido”, describe Caballas en su propuesta.

Similar situación viven los pescadores, según Caballas, que reciben los disparos de la armada israelí. “Periódicamente, desde un helicóptero Apache o desde un avión bombardero o mediante un comando camuflado y entrenado para matar, el ejército israelí lleva a cabo incursiones que llama ‘asesinatos selectivos’ y que nunca son selectivos pero sí asesinatos, en los que muere el objetivo buscado, sus vecinos y los transeúntes que la mala fortuna hizo pasar por allí. Y de tiempo en tiempo el Gobierno de Israel decide lanzar una devastadora ofensiva que siembra de muerte y destrucción la martirizada franja de Gaza”, expone Caballas.

“Todos los niños que han cumplido los siete años ya han vivido en su corta vida tres de esas atroces ofensivas: 2008, 2012, 2014. La última, en el verano de 2014, dejó más de 2000 muertos y más de 500 eran menores. Los niños de Gaza han visto morir a sus padres, abuelos, hermanos, vecinos, compañeros de clase…Muchos tienen pesadillas que les hacen gritar, otros apenas hablan, apenas duermen o lloran de pronto o se dan cabezazos contra la pared o tiemblan y se esconden al menor ruido… Según informes de Naciones Unidas unos 400.000 niños de Gaza necesitarían asistencia psicológica”, prosigue su relato de la situación Caballas.

Tampoco se han cumplido las promesas de la Comunidad Internacional “tras la atroz operación de 2014” de reconstruir la zona. “bajo los escombros de las viviendas destruidas por las bombas, más de 17.000, aún quedan 7.000 artefactos explosivos sin estallar. Y hay tan solo unas seis horas al día, de suministro eléctrico. Y el paro asciende ya al 42%. Un informe de naciones Unidas advierte: si no se remedia, en el plazo de cinco años, Gaza será un lugar inhabitable”.

“En realidad hace tiempo que Gaza solo es habitable porque sus gentes se empeñan en hacerla habitable. Sus gentes y sobre todo sus mujeres. Pese a las bombas, las ruinas, los cortes de luz y de agua potable, pese al encierro forzado y el acoso de uno de los ejércitos más poderosos del mundo, las gentes de Gaza se empeñan en vivir. Entre los escombros de las casas demolidas, las mujeres de Gaza recogen los restos de enseres domésticos, un taburete cojo, una sartén abollada, a veces un biberón o un cuaderno escolar… Y reconstruyen, ellas saben reconstruir, el escenario de la vida. Hacen el pan y cuecen el arroz de cada día y consuelan al hijo que cada noche llora porque teme que los aviones vuelvan, y mandan a sus niñas repeinadas y milagrosamente limpias a las escuelas de la UNRWA. Las mujeres de Gaza son bastiones de resistencia y de vida. Y no se dejan destruir”, ha proseguido Caballas.

Los localistas aseguran que “no quieren ser cómplices de este crimen, que no sería posible sin el silencio, la pasividad y la complicidad de muchos gobiernos que se dicen democráticos”. De ahí que esperen que el Pleno refrende su propuesta.

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