En medio de la apatía general reinante en la política local, a pesar del nuevo impulso que cada mes de septiembre impone y de la frenética actividad que pronto comenzarán a asumir los partidos en la ciudad de cara a preparar la cita electoral a al vuelta de la esquina (casi siempre hay una), las Europeas de 2014, anunció el Partido Popular una charla dirigida por Emilio Carreira bajo el sugerente título de ‘Estatuto de Autonomía’. Nada fuera del guión de lo políticamente correcto. Más aún, especial contención y suavidad para ser una charla dirigida a los correligionarios en el fortín de Ainara, con críticas sugeridas y veladas a los de enfrente y no los hachazos de otras veces. Tampoco la revelación de un rumbo nuevo sobre el asunto en el Partido Popular local ni la apertura de nuevas oportunidades.

La no noticia es la noticia. Y es que la charla se enmarcaba dentro de la actividad a desarrollar por el departamento de formación del partido que dirige la también responsable de esa política en el Gobierno de la Ciudad Autónoma, Mabel Deu.

Carreira aprovechó eso sí la ocasión para ser conciso y escueto y aportar su singular explicación al punto de vista habitual de su partido sobre el Estatuto de Autonomía de Ceuta. Así, defendió el marco normativo actual e incluso el camino andado para llegar a la actual situación, un camino en el que, según repasó, “el PP siempre ha sido la piedra angular” de todo ese proceso. Un marco normativo que hace falta aún desarrollar y cuyo avance necesita de que el PP siga siendo esa piedra angular, a juicio de Carreira, y que esté vigilante para que Ceuta no salga perjudicada sino beneficiada de la situación. Así, instó a sus compañeros a “no perder la inquietud autonómica que siempre han tenido”.

Y es que según el repaso de Carreira, Ceuta llegó a convertirse en Ciudad Autónomica después de muchas vicisitudes y atascos que siempre encontraron en el PP un aliado para sortearlas y en el PSOE un enemigo de que Ceuta alcanzara su autonomía.

Carreira destacó en esa lucha y esa carrera sólo dos hitos, la protesta en Madrid de una delegación ceutí que contó con la detención de un político local por levantar en el Senado una bandera de Ceuta y la gran manifestación que sacó a la calle a miles de ceutíes para reclamar su estatuto autonómico. Actos reivindicativos auspiciados por la Plataforma por la Autonomía que aglutinó a todos, “menos al PSOE” y que buscaba encontrar un salida al limbo en el que durante años quedó Ceuta.

Un espíritu ceutí, que luego el presidente, Juan Vivas, en el turno de réplica, interpretó como una expresión más del sentimiento de españolidad de los ceutíes. Y que antes, Carreira había atribuido a un “sentimiento de pertenencia a un territorio” desarrollado durante años y con raigambre y calado entre la población que es, según su visión, “equiparable” al que pueda haber en cualquier otra comunidad autónoma y es el que hace que tenga sentido ese estatuto de autonomía y aquella lucha. Una idea que, recordó Carreira, fue con la que comenzó el senador, Francisco Olivencia, su defensa en el Senado.

Carreira señaló al propio Olivencia, a Francisco Antonio González y al presidente del PP ceutí en los 90, Jesús Fortes, como los máximos artífices del actual marco, que surgió a raíz del acuerdo entre Felipe González y José María Aznar del año 1992 para equiparar las competencias en todas las autonomías, el conocido como “café para todos”.

Un sistema surgido de un acuerdo cargado de “buenas intenciones” que después se ha usado mal, en opinión de Carreira, y que encuentra en Ceuta, quizás, “un punto de equilibrio” a exportar.

Tanto en las palabras de Vivas como en las de Carreira se desprende y deja claro que el PP no quiere las competencias de Educación y Sanidad en Ceuta, “están muy bien donde están –y esto es mi opinión, no quiero enmendarle la política a nadie- incluso para la mayoría de las autonomías estaría mejor ahí”, ha sostenido Carreira para defender la centralización de esas dos competencias claves en la historia del desarrollo autonómico.

Unas competencias que no son a juicio de Carreira lo que marca la diferencia entre el estatuto del que goza Ceuta y los de otras Comunidades Autónomas. Para Carreira la única diferencia significativa es la capacidad legislativa, que Ceuta no tiene.

Pero a pesar de esa tara, a Carreira le parece que el actual modelo ha supuesto un salto cualitativo para Ceuta. Gracias a ese estatuto Ceuta goza de muchas más oportunidades, como muestra un solo ejemplo, la participación en un foro como del de la Conferencia de Presidentes donde se debaten y aprueban las políticas claves a desarrollar para todo el país en el futuro.

Para Carreira lo que debe hacer la Ciudad Autónoma es cambiar la mentalidad, entender que su parte autonómica le obliga a ser interlocutor del Estado y asumir ese papel con naturalidad, dejando a un lado el más tradicional de los entes locales de acatar las ordenes que llegan de administraciones superiores.

Eso y estar ojo avizor para sortear dos riesgos constantes, que a la hora de legislar el Estado pudiera olvidarse de Ceuta y Melilla, para lo que hay que insistir, o que competencias que yo no tiene el Estado y por tanto no legisle sobre ellas requieran que lo haga para dotar de marco legal a Ceuta y Melilla que no pueden legislar por sí mismas esas materias.

Y para ello, Carreira defendió la apuesta por el uso del poder de reglamentar y dictar normativas que tiene la Ciudad Autónoma, al tiempo que se genera una estructura administrativa clara y robusta para afrontar este marco y su desarrollo. Un desarrollo que debe pasar, en su opinión, por asumir las competencias propias de la cercanía en los servicios y de los ayuntamientos dentro de la estructura administrativa autonómica y no al revés.

Botella sus concejales no electos, ponencias varias y Carreira

La parte quizás más extraña, pero que ilustra bien, la opinión del Partido Popular de Ceuta sobre la cuestión llegó en el turno del coloquio. Fue el ex presidente regional de la formación, ex congresista y actual delegado del Gobierno, Francisco Antonio González quien abrió el turno de réplica para puntualizar que no hay duda de lo irreversible del estatus autonómico de la Ciudad, y puso como ejemplo la sentencia del Supremo que abofeteó a la alcaldesa de Madrid, Aba Botella y que, según González, dio la razón aún sin ser más que mero observador del proceso a Ceuta y a Melilla.

La sentencia a la que ha hecho alusión el delegado es la que ha obligado a Botella a cesar a cargos, concejales con cartera, nombrados por la alcaldesa aprovechando la entrada en vigor del Estatuto de Grandes Capitales, y provenientes de fuera de las listas y de Plenario del Ayuntamiento de Madrid. Algo que no va a pasar en Ceuta, según se mostró convencido González, tirándole un guante o una flecha, según se mire a Carreira, que con su habitual capacidad irónica, subrayó por si alguien se había perdido que él era el único cargo nombrado por Juan Vivas en el actual Consejo de Gobierno sin voto en el Pleno de la Asamblea de Ceuta, al no ir en las listas del partido. “Ceuta no es una entidad local sin más”, zanjó González.

Carreira refrendó esa idea y recordó que la propia Ley estableció que la Alcaldía de Ceuta, la última, se quedó en funciones hasta la celebración de comicios y su sustitución en 1995 por los órganos autonómicos resultantes de los mismos. “A efectos de organización no se aplica la estructura propia de un ayuntamiento sino la de una autonomía”, ha defendido Carrreira.

Y ante las críticas recibidas precisamente por su nombramiento cito ponencias de expertos que recomendaban que Ceuta y Melilla tuvieran diferenciados en todos sus miembros, menos en la figura del presidente la composición del Gobierno y la de la Asamblea. Algo que él no comparte, al entender que es precisamente el presidente quien, tal y como establece el propio Estatuto, tiene la competencia y legitimidad para hacer su equipo de Gobierno.

Así, incluso Carreira le tiró una chinita a los localistas, que también tiene su particular guerra normativa al entender que es el Pleno de la Asamblea el competente en última instancia para la resolución de los procesos de contratación y no el Gobierno, algo que Carreira entiende como una apuesta por la involución y la pérdida del reconocimiento autonómico que se ha ido consolidando al interpretar la situación tal y como sucede en los Ayuntamientos, pero no en las autonomías, visión que defiende el Ejecutivo de Vivas.

La charla se cerró con el tono didáctico y de perfil político bajo, en contraste con el que suele usar Carreira en sus intervenciones y con un salón de actos del Partido Popular lleno, con espacio libre, pero sin sillas vacías y muchos militantes de pie, que escucharon en silencio y con atención la lección impartida por un Carreira en ‘decandencia’ por los años. Cuestión suscitada a modo de chanza privada por el presidente Vivas y aceptada, puesta en común y amplificada por el propio Carreira al contar que Vivas le había dicho al verle con papeles para leer –Carreira tiene fama de habilidad para hilar discursos con carga de profundidad sin apenas notas- que “estaba perdiendo facultades. Es aún peor, presidente, también necesito gafas”, bromeó al inicio Carreira.