Ceuta Ya! llevará a Pleno una propuesta para crear un Centro Ceutí de Investigaciones Sociológicas a imagen y semejanza del CIS para poder estudiar la realidad social de la ciudad autónoma. “Los ceutíes no nos conocemos”, ha argumentado su líder, Mohamed Mustafa. U desconocimiento que conduce a la división, a la “brecha social simbólica o sentimental” cada vez más grande en la ciudad.

“Los ceutíes no nos conocemos, no sabemos qué siente el otro, lo que pensamos como pueblo, y esto es algo grave que exige de herramientas que por encima de prejuicios o impresiones subjetivas pongan sobre la mesa rigor y conocimiento científico“, ha argumentado Mustafa, lamentando que “en esta ciudad siempre ha existido un gran déficit de información y lo que pretendemos es arrojar luz sobre una realidad social bastante compleja”. 

Mustafa ha advertido también que las emociones tienen un notable peso específico en la acción política, algo que sabe y usa la extrema derecha: “Los afectos positivos construyen sociedad y los negativos la destruyen”. “La intransigencia hasta ahora se ocultaba por pudor, pero ahora se exhibe en una mayoría de casos con orgullo”, ha puesto como ejemplo la secretaria de Igualdad, Julia Ferreras.

El uso de la demoscopia con intereses políticos puede hacerse expositivo, como reivindican desde Ceuta Ya!, o en negativo, buscando despertar odios o señalar al otro, como intentó hacer Vox con su propuesta de modificación del censo, ha recordado Julio Basurco, secretario de Estrategia del partido: “La ultraderecha ha echado mano de todas las herramientas a su alcance, incluso revistiendo su odio de neutralidad científica, proponiendo reforzar el Área de Estadística de la Ciudad con un repugnante y racista alegato de su portavoz que Mustafa comparó con acierto con el censo de gitanos que quiso crear Sarkozy (en Francia)”.

Un discurso que hace mella, ha alertado Mustafa: “Es ingenuo pensar que las manifestaciones continuas de odio, la humillación permanente de la mitad de los ceutíes, no tiene efectos sociales y ya hemos percibido la cólera del oprimido”.

Se trata en definitiva de “conocernos” y conocer el origen de nuestros problemas o inquietudes sociales, ha explicado Ferreras: “Cada año es mayor el número de jóvenes ceutíes que buscan fuera su porvenir, algo que no parte solo de la falta de oportunidades laborales, sino de que nacen con una etiqueta que les anula la perspectiva de una vida digna en su tierra”.