El baile de consejeros y la necesaria transversalidad de las medidas propuestas han dejado en el cajón al Plan Joven 21 meses desde que se aprobara por unanimidad su redacción y puesta en marcha para 2017. Un plan que, admitía el consejero responsable del área de Juventud desde septiembre, Javier Celaya, ya será para 2018 puesto que aún está en fase de evaluación de su viabilidad y confía en que esté listo para los primeros compases de 2018.

“Hemos perdido la cuenta de las veces que hemos solicitado el plan Ceuta Joven”, lamentaba la diputada socialista Mayda Daoud, promotora de la interpelación de la iniciativa parlamentaria que hace 21 meses permitió aprobar un plan. Argumentos que no esquivó Celaya que admitió el retraso y desgranó sus esfuerzos y reuniones para reactivar el paquete de medidas que incluirá, entre “8 folios de medidas”,  la convalidación oficial de los cursos de formación de la Casa de la Juventud.

Pero la transversalidad de las medidas, que abarcan áreas de salud, vivienda, empleo, cultura, educación… etcétera, hacen necesaria la colaboración y coordinación de las dos administraciones, lo que complica la tarea y, de momento, impide cuantificar el presupuesto global que dedicará la Ciudad a este plan Ceuta Joven pero recuerda que el anterior, para el periodo 2007-2012 alcanzó los 15 millones de euros.

Daoud por su parte echó en falta medidas como el bus nocturno o un albergue juvenil, proyecto éste último que Celaya puso en solfa al carecer de inversión y espacio para su puesta en marcha aunque auguró que el resto de las medidas son factibles