El arranque de la Comisión de Control sobre el contrato con Urbaser ha servido para dejar las cosas tal y como estaban y constatar algunas sospechas.
El secretario general de los socialistas, José Antonio Carracao, máximo interesado en azotar y agitar el asunto ante la opinión pública durante los últimos meses pareció no darle la misma importancia llegado el primer día de la comisión y delegó las preguntas en su compañero, José María Más, mientras él acudió a Madrid a reunirse con varios senadores y diputados socialistas para hablar de inmigración.
Más allá de lo anecdótico, las comparecencias de Carreira, Bel y García Castañeda ante Alí y Más sirvieron para que el Gobierno no se moviera ni un milímetro de sus posiciones, al menos por lo que ha trascendido, dado que las sesiones son a puerta cerrada y cierta exigencia de confidencialidad sobre las declaraciones.
Tampoco el técnico que destapó todo el asunto Federico Cuenca cambió una coma de lo que había venido manifestando hasta la fecha a través de sus informes.
Tanto PSOE como Caballas salieron con las mismas dudas y certezas que entraron a la sesión, según manifestaron tanto Más como Alí.
El de Caballas insistió en la línea ya mostrada otras veces por el principal grupo de la oposición y volvió a preguntar por la existencia o no de mecanismos de control en la aplicación del contrato, una vez más sin obtener una respuesta clara a la pregunta, según el testimonio dado por Alí.
El líder de la oposición sí desetacó que Cuenca había aportado algunos datos cuanto menos “llamativos” y que arrojó una pista sobre la posible ubicación del contrato y el pliego de condiciones del mismo que unía a la Ciudad con la empresa y que sigue en paradero desconocido: “Ha explicado que el contrato apreció de la nada en el despacho de un consejero del GIL sin que nadie haya sabido nunca quien lo redacto o quien lo hizo”, trasladó Alí.
Al de Caballas le parece también grave y sintomático que otros miembros del Gobierno hayan decidido “no comparecer. Eso tiene un nombre: hermetismo”, sentenció Alí.