El tema, elaborado por los mexicanos de la empresa Politics, recibió el premio en la gala de los 'Napolitans' celebrada en Whasington DC: "El mérito estuvo bonito, como mexicanos hacer bailar a los africanos fue algo que nos emocionó"
La realidad se sigue afanando este domingo 25 de agosto en superar a la ficción. Nadie esperaba que el PSOE ceutí eligiera una cumbia con la letra "PSOE, PSOE, todos juntos con PSOE (...) Juan Gutiérrez con PSOE (...) La Ceuta que quieres es con Juan Gutiérrez (...) el futuro que mereces", como acompañamiento para su campaña electoral del pasado año. Aún menos esperado era que muchos de quienes la escucharon acabaran tarareándola en casa o en el trabajo de forma furtiva. Y, desde luego, lo más inesperado, era que recibiera el Óscar de los jingles políticos, el premio 'Napolitans' (The Napolitan Victorian Awards).
Sin embargo, sucedió. Fue en Whasington D.C., en una gala en la que estaban presentes sus autores, los miembros de la empresa Politics, Sacbé Mayorga, Fernando Alamos y Hugo Ayanegui, todos mexicanos.
Allí, de manera inesperada, llegado el momento de elegir la mejor canción para una campaña, se escuchó: "La cumbia del cambio". Subieron raudos al escenario los tres profesionales citados previamente, entre gritos de "viva Chiapas, viva México"
Visiblemente emocionados, reconocieron los méritos de todos los presentes en la sala, que peleaban con ellos por tan distinguido galardón. No estaba allí Juan Gutiérrez o ni ningún representante del PSOE de Ceuta, pero los premiados tuvieron unas palabras para la localidad: "El mérito estuvo bonito, como mexicanos, hacer bailar a los africanos fue algo que nos emocionó", señalaron con cariño.
Un premio de consolación a miles de kilómetros. Los socialistas no se impusieron en las elecciones, pero a originalidad no les ganó nadie. Lo reconocen en Estados Unidos, donde 'La cumbia del Cambio' podría ahora convertirse en una suerte de nueva 'Macarena' pero con contenido político. Quien sabe, quizá el próximo presidente de los Estados Unidos la tararee furtivamente en las duchas de la Casa Blanca o en el Air Force One, camino a Ceuta.