La delegada del Gobierno, Ory García Mateos, ha inaugurado este miércoles una jornada para analizar el pasado, el presente y el futuro de nuestro sistema público de bienestar social, nuestro estado de bienestar social, en definitiva, aprovechando que el mismo está de cumpleaños en este 2018. 4 décadas de bonanza vital, social y ciudadana desde que se crearan los entes públicos que aún hoy siguen garantizando derechos sociales básicos como pensiones, educación o atención sanitaria. Y lo ha hecho glosando la importancia de esta red pública que garantiza a la ciudadanía unos derechos mínimos y su bienestar.

Así, Mateos ha destacado del sistema de pensiones públicas que “tienen que ser para toda la ciudadanía, un sistema público de seguridad social que garantice pensiones suficientes, adecuadas y periódicamente actualizadas”, entre otras cosas como llave para garantizar “justicia social, cohesión social” y “paz y estabilidad social”.

De ahí ha saltado a la educación que gracias a las 4 décadas de democracia se ha consolidado como un derecho por “primera vez en la historia de España”. “La España del Bienestar no se entiende sin la modernización del sistema educativo y sin la democratización del conocimiento, la cultura y las profesiones, que es la base del sistema de igualdad de oportunidades que debemos seguir cuidando y ampliando”, ha explicado la delegada.

Y las mismas buenas referencias ha dado del Sistema Nacional de Salud, “uno de los más valorados y queridos por la ciudadanía”. Un sistema que se ha completado en los últimos años con la Ley de Dependencia de Zapatero que también ha puesto en valor García Mateos.

Un Estado del Bienestar construido en colaboración entre todas las administraciones, locales, autonómicas y estatales y que la delegada cree que es buen momento para pararse a reflexionar sobre los retos futuros que ya asoman en el presente para su fortalecimiento. Entre los “desafíos” ha citado a “la infancia, los jóvenes, la pobreza, el incremento de la esperanza de vida o el papel de las mujeres”.

García Mateos es de las que piensa que toda “crisis” es en sí misma “una oportunidad”. En este caso para replantear el sistema y hacerlo más eficiente y permitir su adaptación “a un mundo cambiante en el que han surgido nuevos riesgos sociales”.

Y ahí, la delegada cree que “invertir en un mejor futuro para todos los niños y las niñas y ayudar a los jóvenes en su transición hacia la vida adulta con las máximas oportunidades de desarrollo personal, debe convertirse en el objetivo primordial para un Estado de Bienestar del siglo XXI”.