Cuatro días después de recibir, en Melilla, la Medalla de Oro de la ciudad hermana, el delegado territorial de la ONCE en Andalucía, Ceuta y Melilla ha recibido este lunes en el Auditorio del Revellín la Medalla de la Autonomía en atención al trabajo desarrollado por la Organización Nacional de Ciegos y su Fundación.

La distinción ha sido recogida Patricio Cárceles dando cumplimiento así al acuerdo del Pleno de la Asamblea que aprobó de manera unánime conceder el máximo galardón de la Ciudad a esta entidad. Con la Medalla de la Autonomía, Ceuta reconoce a la ONCE las acciones y servicios que ha realizado durante los últimos 75 años y que han repercutido de forma beneficiosa para los intereses de Ceuta y de algunos de sus ciudadanos, en especial el colectivo de invidentes.

Durante una alocución de contenido muy social ("no puede ser que tantos estemos pagando tanto por los errores de tan pocos") y político, Cárceles ha descrito a Ceuta como "el mejor ejemplo de la mejor España posible" y ha alabado su apuesta por la multiculturalidad. También ha llamado a los políticos a hacer de la crisis un momento propicio para "renovar conciencias" y activar fuerzas y alianzas renovadas "contra la desigualdad y las injusticias".

Igualmente, ha pedido que se fomente la cooperación, la solidaridad y un mejor conocimiento "sin complejos" entre España y Marruecos "y entre Ceuta y la región del Rif".

“Si no existiera la ONCE habría que inventarla”. Con esas palabras se ha referido el presidente Vivas a la institución homenajeada y reconocida con la máxima distinción que concede la Ciudad, que ha recogido en el acto institución del Día de Ceuta su presidente territorial para Andalucía, Ceuta y Melilla, Patricio Cárceles.

De la ONCE, Vivas ha resaltado los valores y principios que la sustentan y que conforman su espíritu, que ha resumido en la solidaridad con los más vulnerables y perseverancia en el empeño de derribar cuantas barreras impiden el pleno desarrollo personal, social, intelectual y laboral de las personas con discapacidad. “Un empeño que es de todos porque así lo exige la moral, el progreso y la defensa de la dignidad humana; una causa respecto de la que ninguna persona de bien puede ser indiferente”.