El Pleno de la Asamblea se acercaba a su fin tras dos jornadas tranquilas, sin sobresaltos ni enfrentamientos mas allá de la normalidad parlamentaria, pero todo estuvo a punto de descarrilar en la recta final de la sesión de control. Esta vez la chispa no provocó un incendio. Tal vez porque, tras el choque verbal entre el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, y el portavoz de Vox, Carlos Verdejo, el siguiente popular en lidiar con Vox, Yamal Dris, optó por el sarcasmo. 

La interpelación en cuestión no parecía conllevar grandes polémicas: la limpieza de los acantilados del Sarchal, especialmente de los asentamientos de inmigrantes entrados en las avalanchas del 17 y 18 de mayo. Un problema al que aludieron tanto PSOE como Vox en sendas interpelaciones idénticas y consecutivas. 

Desde el PSOE instaban a acometer un plan de choque, especialmente por la mala imagen que se da al turismo. Problema que desde Vox ampliaron señalando la barriada del Sarchal y en concreto su playa como un foco de inmigración ilegal y narcotráfico. 

Una estampa de inseguridad que repiten desde Vox en alusión a muchas de las barriadas de la periferia y que lamenta profundamente el consejero de Medio Ambiente y Servicios Urbanos. “Hablan de Ceuta como si fuera Líbano, narcotráfico, pro-marroquíes, la gente va con cuernos por la calle, nos matamos entre nosotros… ¿Quién va a venir aquí así.  Si es por la imagen que dan ustedes de Ceuta aquí no va a venir nadie, ya le digo”.

A juicio de Dris, parece que a Vox le conviene “el cuanto peor, mejor”. El consejero lamentó la visión “apocalíptica” que proyectan de Ceuta y cerró su intervención, la última de la sesión plenaria con un sonoro “Dios guarde a Ceuta, a España y a su majestad el Rey”.