SERVICIO SIN CONTRATO

El entuerto de los coches abandonados abre un pufo creciente de 72.000 euros en las cuentas de la Ciudad

El entuerto de los coches abandonados abre un pufo creciente de 72.000 euros en las cuentas de la Ciudad
deposito vehículos benzu amgevicesa
El depósito de Benzú tampoco ha sido vaciado.

La madeja de la gestión de los vehículos abandonados sigue enredándose. Con al menos dos procedimientos judiciales abiertos por sus distintas vertientes y el ex consejero de Medio Ambiente Emlio Carreira; la secretaria general del PP, Yolanda Bel, y la de la Asamblea, María Dolores Pastilla, investigados, el actual responsable del área, Fernando Ramos, ha reconocido este martes en el Pleno que la Ciudad debe 72.000 euros a 'Mezquini' por el contrato que el año pasado se le adjudicó con el fin de que guardarse coches temporalmente.

El adverbio ha mutado en indefinido, según ha denunciado Juan Luis Aróstegui, y la Administración sigue manteniendo automóviles en sus dependencias, prestando por lo tanto un servicio sin contrato durante meses, "incumpliendo la ley de forma consciente y deliberada". "¿Por qué se permiten el lujo de pasarse siete meses así?", ha interpelado el portavoz de Caballas al Ejecutivo de Vivas sobre un pufo que crece cada día.

Ramos se ha remontado hasta principios de 2016 para poner en contexto el entuerto. Hace dos años, Carreira ordenó no llevar más coches al depósito municipal de Benzú, que iba a vaciarse en "dos o tres meses" para dejar paso a un proyecto de construcción de viviendas y quitar de la barriada la imagen "inmerecida" de vertedero.

Eso no se hizo y al menos un millar de coches se amontonan entre el solar que lleva Amgevicesa y Parques de Ceuta, donde 'Mezquini' acoge a otros 200 tras ganar un contrato menor para 3 meses que suplió a la carrera la instrucción de llevarlos a 'Hidalgo', germen de un proceso judicial iniciado por el MDyC.

La concesión a 'Ibermad' de Benzú no se renovó y se licitó un concurso pero, más de 6 meses después de su resolución, ‘Loycat’, la empresa sevillana que en noviembre del año pasado hizo la mejor oferta para hacerse con la gestión de los vehículos abandonados que se localizasen en Ceuta, no llegará a hacerse cargo nunca del tema. Los técnicos concluyeron que no cumplía con los requisitos exigidos en los Pliegos, por lo que se pidió a la segunda licitadora, precisamente ‘Ibermad’, que aportase la documentación necesaria para comprobar si esta sí lo hacía con idéntico resultado negativo.

La adjudicación de este servicio tomó extraordinaria notoriedad pública porque el entonces coordinador de los polígonos del Tarajal como personal de designación política del Gobierno de Vivas, Arturo Santórum, acudió a una Mesa de Contratación en representación de ‘Loycat’, propiedad de “un amigo”. El asesor fue cesado en apenas 48 horas. No menos llamativas fueron las cifras de las propuestas de las licitadoras. La sevillana ofreció pagar nada menos que 61 euros por coche cuando el mínimo de salida eran 20 euros. ‘Ibermad’, que llevaba asentada años en Benzú, solamente se comprometía a desembolsar 21, por lo que perdió dado que el procedimiento designado de adjudicación era "abierto mediante el único criterio del precio”.

Ninguna duda cabía entonces aparentemente sobre a quién se debía encomendar un servicio cuyo negocio para la concesionaria queda en “aprovechar” los elementos de los automóviles que puedan “reutilizarse”.

Sin embargo, los Pliegos del concurso establecían que el contratista debería disponer de unas instalaciones “con capacidad para, al menos, atender simultáneamente a 150 vehículos a motor a fin de poder dar el adecuado tratamiento a los mismos que allí se trasladen para su depósito”. También obligaba a “ofrecer la posibilidad de que se depositen vehículos durante las 24 horas del día” y “acreditar que las instalaciones estén vigiladas” día y noche.

Aróstegui también ha preguntado sin éxito al Gobierno cómo piensa desatascar el asunto a la vista de que la primera licitación no fracasó por razones económicas sino técnicas.

El entuerto de los coches abandonados abre un pufo creciente de 72.000 euros en las cuentas de la Ciudad


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