España y Marruecos tampoco reabrirán por Todos los Santos las fronteras de Ceuta y Melilla, ni siquiera las conexiones marítimas entre ambos países, como habían apuntado las últimas apuestas al respecto, que han vuelto a ser por enésima vez fallidas.
El Reino alauita ha decidido extender otros 30 días el estado de emergencia sanitaria en todo su territorio y mantener cerrados tanto los pasos de Beni Enzar y el Tarajal como las fronteras marítimas con la península. Las conexiones siguen limitadas, por tanto, a los enlaces aéreos, cuyo restablecimiento limitado se consintió a mediados de junio.
El Ministerio del Interior español igualmente ha extendido un mes, al menos hasta el 30 de noviembre, "el cierre, con carácter temporal, de los puestos terrestres habilitados para la entrada y la salida de España a través de las ciudades de Ceuta y Melilla", que con esta medida llegará como mínimo a 20 meses y medio.
Alta política y disputas diplomáticas al margen, entre autoridades y Fuerzas de Seguridad españolas cunde el recelo a la apertura ante la posibilidad de que con ella se produjesen nuevas oleadas de peticiones de protección internacional como las que han permitido el cruce del estrecho una vez admitidas sus solicitudes a trámite a más de 1.600 de los ciudadanos del país vecino que accedieron irregularmente a Ceuta.
La libertad de tránsito para esas personas decretada por el Supremo en julio de 2020 ha permitido tras la crisis de mayo aliviar la presión migratoria interna en la ciudad, pero se teme por sus repercusiones a futuro en caso de vuelta a una normalidad más o menos total, aunque la delegada ha anunciado que en principio sólo los trabajadores transfronterizos podrían ir y venir.
El departamento de Grande-Marlaska evita dar ningún tipo de pista concreta sobre sus planes a medio plazo para el Tarajal. Los senadores del PP por Ceuta y Melilla le han preguntado "cuáles son los diferentes planteamientos en los que está trabajando en cuanto a seguridad se refiere, para la próxima, y parece que inminente, reapertura de los pasos fronterizos terrestres de España con Marruecos en Ceuta y Melilla".
En su contestación se ha limitado a recordar que "se está llevando a cabo un Plan de medidas para el refuerzo y modernización del sistema de protección fronteriza" de ambas. Interior va a comenzar obras adjudicadas por medio millón de euros para colocar en la frontera pilonas retráctiles de seguridad en cada uno de los carriles de acceso a Ceuta en vehículos con el fin de frenar automóviles kamikaze que intenten superar los controles por las bravas.
En los pliegos no hay rastro de equipamiento "inteligente", pero sí se contempla retirar las estructuras metálicas existentes en el paso, que según un informe patológico presentan un "avanzado de corrosión que afecta a la estabilidad de la estructura", por lo que será preciso retirarla "y colocar un nuevo sistema de protección solar para los integrantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que prestan servicio".
También la creación de dos nuevos espacios "para la revisión más minuciosa de vehículos tanto a la entrada como a la salida" y para la instalación de "puertas de entrada seguridad en el acceso a España desde Marruecos".
