España tiene este miércoles una cita crucial en Rabat. La Reunión de Alto Nivel (RAN) estos 1 y 2 de febrero está llamada a ser la escenificación del nuevo clima de entendimiento con Marruecos tras el giro del Gobierno español en su postura sobre el Sáhara. Un cambio inesperado en lo que se consideraba una posición tradicional e inamovible que permitió descongelar las relaciones que habían entrado en una deriva peligrosa, especialmente para Ceuta, tras la entrada en avalancha de miles de marroquíes, muchos de ellos menores, a través del espigón de la frontera del Tarajal, provocando una crisis diplomática y humanitaria inédita.

Pero tras el giro del Gobierno español en su postura sobre el Sáhara, —admitiendo que sea territorio autónomo pero bajo dominio de Marruecos— la crisis se fue deshelando fado a paso. Primero con la reapertura de las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla, en la que se pide visado, ya no hay porteo y con la apertura después de aduanas comerciales en ambos pasos. 

En total diez meses de acercamientos que para unos han dado ya frutos —La llegada de migrantes irregulares por Marruecos ha caído un 31% y el comercio ha aumentado también un 31%,— y que para otros solo ha servido para tragar sapos: como la tragedia de la valla de Melilla o el caso de espionaje con el sistema Pegasus, mientras que con Argelia se han perdido 773 millones en exportaciones por el cambio de opinión sobre el Sáhara Occidental—.

El Ejecutivo aspira a que Marruecos sea socio estratégico en vez de solo vecino incómodo. Y esta RAN es crucial en ese objetivo. El propio Felipe VI, en la recepción al cuerpo diplomático de la pasada semana, subrayaba que "esta cita permitirá profundizar nuestras amplias relaciones bilaterales para trabajar juntos sobre las bases más solidas”.

Otra señal de que el examen es importante y no duelen prendas es que acudirán una docena de ministros, ninguno de Unidas Podemos, que rechaza la nueva posición sobre el Sáhara. Junto al jefe del Ejecutivo estará la vicepresidenta primera y tercera, Nadia Calviño y Teresa Ribera, respectivamente, y los ministros de Asuntos Exteriores, Interior, Justicia, Industria, Transportes, Inclusión Social, Agricultura, Educación, Cultura y Ciencia. En Rabat, según ha deslizado Moncloa a medios nacionales, se firmará una declaración conjunta con una profundidad y calado que no tiene precedentes.

En cualquier caso, Marruecos es ya , sino socio indispensable, sí cliente prioritario: en 2021 los intercambios comerciales alcanzaron los 17.000 millones de euros, 9.500 de exportaciones y 7.300 de importación. Marruecos es uno de los principales mercados de las empresas españolas, muy por encima de países latinoamericanos