Francisco Javier Sánchez Paris y su esposa amasan un importante patriominio inmobiliario. En un país en el que la vivienda está por las nubes no parece que el procurarse un techo haya sido un problema para este médico reconvertido desde hace décadas en político y empresario de la cultura.

El pasado mes de octubre a nombre de Sánchez Paris y su mujer en régimen de bienes gananciales figuraban nada menos que tres viviendas y dos fincas rústicas, una de ellas con otra vivienda incluída.

Una de las fincas tiene una extensión de una hectárea y 22 áreas, más de 12.000 metros cuadrados, se ubica en una de las sierras que rodean Andújar, un paraje protegido hoy día en el que es complicado, cuando no imposible poner un sólo ladrillo más. Allí en esa finca la familia Sánchez Paris tiene una vivienda, la joya de su patrimonio.

Colindante a este terreno, a su nombre figura otro más grande aún de una extensión de una hectárea y 80 áreas, unos 18.000 metros cuadrados. Cada una de estas fincas es más grande que el terreno de juego del campo del Barcelona.

No es la única propiedad que Sánchez Paris mantiene en Andújar. En la calle Ollerías figuran a su nombre otros dos inmuebles de 81 y 90 metros cuadrados. Y que adquirieron en el año 1985. Curiosamente ambas viviendas están catalogadas como VPO.

Sánchez Paris llegó a desempeñar en el Ayuntamiento de esta localidad jienénse el puesto de teniente alcalde con el PSOE.

Y allí también Sánchez Paris ejerció su profesión de médico. No hace mucho tiempo se podía ver en la puerta de estas viviendas una placa con su nombre y su oficio debajo, indicando lo que fue su consulta hace ya décadas.

El patrimonio lo remata otra vivienda más, esta vez en su Ceuta natal. Sánchez Paris y su esposa se compraron al desembarcar en la ciudad autónoma un piso de 106 metros útiles en la céntrica calle Independencia.

Todo este patrimonio es señal de que los negocios le han ido bien todos estos años a un hombre que desembarcó en la política en los años 80 en la localidad de Andújar bajo las siglas del puño y la rosa y cuya mujer ha ido saltando de trabajo en trabajo en muchas ocasiones en la administración pública en la que su marido desempeñaba algún cargo político, primero en el Ayuntamiento de Andújar y más recientemente en la Ciudad Autónoma de Ceuta.

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