Prudencia ha sido, una vez más, la palabra más repetida por el portavoz del Gobierno, Alberto Gaitán, cuando se trata de analizar la solidez de las nuevas relaciones entre España y Marruecos, que permitieron reabrir la frontera del Tarajal en mayo y que harán posible que en enero haya una aduana comercial en el paso fronterizo. Prudencia, sí, pero no desconfianza en la palabra del Gobierno de la Nación y de la consistencia del acuerdo entre ambos países. Tampoco tras afirmaciones como las que ha desvelado El Español en una presunta carta enviada por Marruecos a la ONU negando la existencia de fronteras terrestres con España.

El portavoz del Gobierno de Vivas se ha limitado a reafirmar la españolidad de Ceuta —aunque no era necesario como no lo es en Segovia, por ejemplo—: “Ceuta es España, como tal esta garantizada por la Constitución y por el Estado sea este este del color que sea y por la Unión Europea y también porque así lo quieren todos los ceutíes, piensen como piensen y recen como recen.Y lo acredita la historia. Esa es la realidad”.

Y la última polémica con Marruecos no hace tambalear la confianza del Gobierno local, ha insistido Gaitán, eso sí, sin perder de vista la prudencia: “En esto evidentemente hay que ser prudentes pero tener la confianza en las gestiones que está realizando el Gobierno de la Nación”. 

En cualquier caso, ha insistido, no le corresponde al Gobierno de Ceuta intervenir ni valorar. Se trata d aun ámbito que escapa a la esfera del Ejecutivo de Vivas que, recuerda, no mantiene relaciones diplomáticas con Marruecos. “Es competencia del Ministerio de Exteriores”.