El grupo parlamentario Vox volvió este miércoles a la carga contra las que considera asociaciones “marroquinizadoras”, a su juicio parte de un supuesto lobby pro marroquí, por ofrecer talleres de dariya o atender a mujeres marroquíes en aulas de inmersión lingüística. Unas acusaciones que el Gobierno, en este caso el portavoz popular Carlos Rontomé, se tomaron con paciencia. “No sé por donde empezar. Lo que ha enumerado es un cúmulo de despropósitos verdaderamente llamativo”, resumía Rontomé sin ocultar su hartazgo. Para el portavoz de Vox, Carlos Verdejo, la labor “marroquinzadora” y de “proselitismo ideológico” es clara, conclusión a la que, como le reprochó con ironía Rontomé, han llegado tras una investigación que se ha limitado a navegar “en Facebook”.

“¿Acaso no son españoles los dariyoparlantes de esta ciudad? Es una pregunta retórica”, zanjaba Rontomé. 

En el caso de Intercultura, asociación que, insiste Vox, tiene claros lazos con Caballas, la subvención se destina entre otras actividades a talleres de teatro o de convivencia e interculturalidad, así como  clases de dariya, que para Verdejo es la principal causa del fracaso escolar en Ceuta. “Usted mismo lo ha dicho —rebatía el consejero de Educación—es una ciudad donde hay unos índices muy bajos en aspectos educativos, con un absentismo y una tasa de fracaso escolar muy altas. Una de las posibilidades (para luchar contra ello) es impulsar proyectos como este que van relacionados con esta problemática. Lo que apunta de la lengua es un factor, pero hay otros muchos más importantes como las condiciones socioeconómicas. A mayor pobreza más fracaso escolar”.

Rontomé afeó también las críticas al dariya, constantes en el discurso de Vox, que incluso acusa a la Fundación Premio Convivencia de desempeñar también esta presunta labor de “marroquinización” por realizar actividades en la lengua materna de la mitad de los ceutíes , que Rontomé recuerda que, además, son todos bilingües. “¿Acaso no son españoles los dariyoparlantes de esta ciudad? Es una pregunta retórica”, zanjaba Rontomé, que, además, hizo ver a Verdejo lo absurdo de denunciar como "marroquinización" presuntas clases de dariya a niños cuya lengua materna es precisamente el árabe ceutí.. 

Respecto a los “vínculos ideológicos” de la asociación con Caballas, de sobra conocidos, Rontomé aclaró que “eso es cosa de la asociación, nosotros financiamos un proyecto concreto, sus actividades fuera de ese proyecto no nos interesan”.

En el caso de Digmun su pecado es el proselitismo ideológico, su empatía con los inmigrantes y su defensa de la ideología de género, sus lazos con la Plataforma Feminista o incluso su cercanía a “formaciones de izquierda”, lo que para Verdeo “es sospechoso”. 

Una escena que volvió a repetirse minutos después cuando de nuevo Vox arremetió contra el trabajo de Digmun, centrado en menores no acompañados y mujeres marroquíes sin residencia. En el caso de Digmun su pecado es el proselitismo ideológico y de ideología de género, sus lazos con la Plataforma Feminista o su cercanía a “formaciones de izquierda”, lo que para Verdejo “es sospechoso”. 

Acusaciones que la consejera de Asuntos Sociales, Dunia Mohamed, reprochó que se hicieran sin aportar prueba alguna y en la mayor parte de los casos sin fundamento ni conocimiento d los mecanismos de a Consejería. Mohamed explicó que los talleres y aulas de inmersión lingüística se imparten a mujeres con permiso de trabajo y a menores extranjeros no acompañados destinados a la integración de estos inmigrantes.

El debate vivió un momento tenso y cómico a un tiempo con los repetidos errores del  portavoz de la formación de ultraderecha, que confundió reiteradamente el apellido de la consejera, a la que se empeñó en rebautizar como Hamed y no Mohamed. "Le prometo que no lo hago a propósito", aseguró Verdejo. Queda la duda sobre la inocencia de su confusión, a tenor del currículo de provocaciones y rifirrafes parlamentarios que atesora el citado portavoz en su corta carrera política.