Jon Iñarritu (Amaiur): "El Gobierno no debe dar nada a cambio de que ETA entregue las armas"


Jon Iñarritu (Amaiur): "El Gobierno no debe dar nada a cambio de que ETA entregue las armas"

- El congresista por Vizcaya de la formación de la izquierda independentista (Amaiur), cree que las víctimas de ETA no han sido suficientemente reconocidas, aunque defiende que su voz no debe ser cualitativamente más importante que la de cualquier otro ciudadano en asuntos políticos que excedan su papel como víctimas

- Iñarritu pide al Gobierno que cumpla con los Derechos Humanos y la legalidad vigente y que aplique con mayor flexibilidad ls normas penitenciarias para acercar a los presos de ETA al País Vasco

- El político vasco contrapone los indultos a los que participaron el terrorismo de Estado con la inflexibilidad de la política penitenciaria con los presos de ETA, dos años depsués de abandonar las armas

El diputado en el Congreso por Vizcaya, Jon Iñarritu, de Amaiur estuvo en Ceuta esta semana, su viaje fue conjunto con el compañero de banco de Izquierda Unida, Ricardo Sixto, ambos se interesaron por el drama migratorio que vive la ciudad. Un viaje conjunto, con puntos de vista sobre el problema muy similares y conclusiones igualmente parecidas que pone de manifiesto que poco a poco la apuesta por la política y sólo la política de la Izquierda Abertzale es firme. Viajes como este ponen de manifiesto cierta normalización política en los que muchos, aún hoy, no aceptan ni entienden, que un partido político independentista vasco haga política y tenga representación en el Congreso de los Diputados, del mismo modo que por ejemplo Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Así lo constata, Sixto, al preámbulo de una conversación entorno al punto en el que se encuentra esa apuesta política de la coalición Amaiur -Iñarritu, procede de Aralar, de los primeros en la izquierda independentista vasca en desechar la vía violenta y apostar por la paz-. “Bajo nuestro punto de vista la situación del País Vasco tiene que normalizarse y cuanto antes se normalice, mejor”, defiende Sixto. Y esa normalización pasa, también, por que quienes defienden la ruptura con España lo hagan sólo a través de la política. Algo que a muchos que, según Sixto, “han participado en política” con “una trayectoria impecablemente democrática”, les está costando acusaciones “por parte del Gobierno del PP de ser no sé qué cosas, cuando han tenido una trayectoria perfectamente democrática en fuerzas políticas absolutamente democráticas, lo que no resulta de recibo es que por un interés espúreo en obtener un rédito electoral en otras comunidades autónomas que no son el País Vasco se mantenga una dinámica de enfrentamiento contra fuerzas políticas y personas que llevan una trayectoria demostrada sobradamente de lucha por la democracia y las libertades y sobre todo por la paz, que es el bien más preciado que tenemos todos, que es lo que tiene que estar por encima de todo, de intereses electoralistas, partidistas, políticos etc, mientras no pongamos eso por encima de todo, se darán los comportamientos que nosotros no vamos a compartir en ningún caso de algunas fuerzas políticas que siempre están buscando criminalizar a unos y satanizar a otros”.

¿Le han satanizado o criminalizado durante su trayectoria en el Congreso de los Diputados esta legislatura?

Jon Iñarritu: Desde mi partido que es uno de los cuatro que conforman Amaiur, por ejemplo, con IU hemos ido a elecciones conjuntamente en las elecciones forales y municipales en los comicios de hace dos legislaturas en el País Vasco. Amaiur es la primera fuerza política, resultó ganadora en 2011 en el País Vasco, y acudió a Madrid y sí, es cierto que desde el PP se nos intentó criminalizar. Pero eso choca; que mediáticamente se nos intente utilizar como cortina de humo para tapar otros problemas cuando el PP es plenamente consciente de que la situación en el País Vasco ha cambiado y que personas que hasta ahora pudieron comprender en la utilización de métodos violentos hoy en día lo rechazan por completo y se han comprometido con el camino de la paz y de la lucha única y exclusivamente política y vemos como desde el PP se intenta criminalizar continuamente a sectores de la izquierda abertzale Y como la relación, no sólo en viajes, de Amaiur en el Congreso está normalizada con el resto de fuerzas políticas, incluso con el PP, pero eso sí, si hay una cámara delante las cosas cambian.

¿No han tenido más dificultades que el resto o han sentido en ocasiones que les hacían el vacío o les ponían zancadillas extraordinarias fuera del ámbito natural de confrontación de ideas y posturas políticas?

Iñarritu: La prueba del rechazo fue que nos negaron el grupo paralmentario teniendo 7 diputados cuando UPyD tiene 5 y el PNV tienen 5 y les dejaron conformar grupo. Lo hicieron ateniéndose a una excepcionalidad que nunca se había producido que era que no llegábamos al 15 por ciento en todas las circunscripciones en que nos presentamos. En Navarra teníamos 14,85 por ciento, creo recordar, y no nos dejaron conformar grupo, cuando hasta ahora siempre se había interpretado desde las mesas que fuera en los sitios en los que te presentaras en conjunto. ERC se había presentado también en Valencia obteniendo un resultado mínimo y sí le dieron grupo.

¿Y más allá de esa interpretación estricta de la norma para impedir que tengan grupo, han vivido situaciones de tensión en reuniones o se han sentido rechazados de forma más personal? ¿O tienen alguna anécdota con la que puedan ilustrar ese escepticismo a que Amaiur fuera una formación política más?

Iñarritu: Sí. Recuerdo que en la primera reunión que celebramos con el presidente del Congreso, con Jesús Posada, él tenía miedo escénico a que fuéramos a “liarla parda”. Él se creía que íbamos a llegar allí a darle la vuelta a los asientos y a lanzar cualquier tipo de objetos. Cuando le dijimos que no, no, nosotros venimos aquí a hacer política y a participar. Sí hubo un poco de desconfianza y fuimos un poco el centro de atención en un principio porque creían, llevados por algunos mensajes que se lanzaban desde algunos medios de comunicación que nos criminalizaban y nos tachaban de todo, que íbamos “a liarla” y cuando vieron que participábamos con la normalidad que actúan el resto de formaciones se sorprendieron y ahí ya se pasó a intentar que pasemos lo más desapercibidos posibles, tanto situándonos en la zona más alta del hemiciclo, en el grupo mixto. O por ejemplo, si alguien ha visto una entrevista en RTVE a Amaiur pues es afortunado porque en estos dos años de legislatura ha habido una solamente y fue tras remitir una carta al Consejo de Administración de Radio Televisión Española anunciándoles que les íbamos a llevar a tribunales por estar incumpliendo la Constitución, el derecho que tenemos a acceder a los medios públicos siendo la quinta fuerza política y viendo como otras formaciones siendo mucho menores habían estado ya 20 veces más en los medios públicos.

¿Cómo ve ese paso de ETA de clausurar un zulo y que luego se hayan llevado las armas para guardarlas en otro lugar?

Iñarritu: Lo normal en este tipo de procesos que no sólo se han dado en España sin que se han dado en muchas partes del mundo, ya sea en Irlanda, en Sudáfrica… El proceder normal y estándar en esta resolución de conflictos o de situaciones de violencia es que los gobiernos tomen un contacto, ya sea directo o indirecto, con estas formaciones que han utilizado la violencia o el terrorismo para intentar acabar cuanto antes con lo que se llama, en el ámbito internacional, consecuencias del conflicto como es el desarme de estos grupos. El Gobierno español no ha querido participar por razones que le son propias en este proceso de desarme de ETA para verificarlo ellos y que no puedan decir cosas como estas: Que luego se las quedan o que las van a volver a utilizar o que son de juguete incluso, como se ha llegado a decir por ahí. Si no quieren, al menos lo normal es que acepten de manera más visual, aceptándolo o no diciendo nada, que haya órganos a nivel internacional que se ocupen de esta labor que debería hacer el Gobierno. Vemos que el gobierno no hace, pero tampoco deja hacer. Cuando lo normal es que se pudiera proceder al desarme y a la disolución de las estructuras armadas de ETA cuanto antes porque es una buena noticia y porque es lo que demanda la sociedad vasca en su mayoría y responde al sentido común. Lo que quiere la mayoría de la población es que ETA se desarme. Como gesto, lo importante es que no se vayan a usar las armas nunca más. Pero también un gesto cara a eso a dar esa garantía y esa seguridad es que dejen las armas, que las destruyan, que las entreguen, y este gesto que se veía en el vídeo es la señal de un inicio del desarme que creemos que es positivo. Por lo que lo que hay que hacer es fomentarlo y que sea cuanto más rápido mejor.

¿El Gobierno de España debe dar algo a cambio de que ETA entregue las armas?

Iñarritu: No. El Gobierno de España lo que debería hacer es actuar con responsabilidad y con arreglo al derecho. Esto es: Sin modificar su legislación penitenciaria, lo que debería hacer es dotar de flexibilidad y acabar con la excepcionalidad. Las personas que están presas, no solamente por pertenencia o colaborar con ETA sino por participación en actividades políticas -y única y exclusivamente políticas- como ha sido el caso de personas como Arnaldo Otegi, dar flexibilidad para que puedan acceder a los beneficios penitenciarios. Que puedan ser acercados a cárceles cercanas a sus lugares de origen y no usar la política penitenciaria como una venganza y un castigo como es en este momento. Eso es lo que esperamos en este momento. Eso es lo que esperamos con arreglo a lo que le solicita la sociedad vasca, no solo los partidos, sino las instituciones del Parlamento Vasco, el Navarro, la mayoría de las fuerzas del País Vasco Norte, Iparralde, que así se lo han solicitado, y también la comunidad internacional. Y esto no le supone ningún cambio en su política penitenciaria, es utilizarla de otra manera y con arreglo a los derechos humanos.

Insisto, más allá del acercamiento de presos, conforme establecen los Derechos Humanos, ¿ninguna otra acción o concesión por parte del Gobierno hacia ETA?

Iñarritu: Ninguna. ETA tomó su decisión como una decisión unilateral La sociedad vasca no aceptaría ningún beneficio político a cambio del abandono de la violencia por parte de ETA. Lo hizo porque así se lo solicitaba la sociedad vasca desde hace muchos años, muchísimos. Y ETA obedeció ese mandato y ahora lo que hay que hacer es a acabar con las consecuencias de la violencia. Y no son muchas. Son pocas: desarme, la situación humana que ha dejado este llamado conflicto, esta violencia, que son las personas que están presas y también el reconocimiento de todas las personas que han sido víctimas, ¿cómo no? de esta situación de violencia. Ya sean las de ETA, pero también las del GAL, las del Batallón Vasco Español, las de Triple A (Alianza Apostólica Anticomunista), o las víctimas de la violencia policial que también las ha habido como recoge el informe de derechos humanos que ha realizado el Gobierno vasco.

Sólo le pregunto por las víctimas de la violencia de ETA, ¿no están suficientemente reconocidas?

Iñarritu: Hay que reconocer que durante décadas se las ha obviado. Se les ha olvidado. No les dio el apoyo ni el reconocimiento que necesitaban por intereses políticos también, porque se creía, y así se reconoce en varios informes de la época de los 80, que no había que dar publicidad a este tipo de hechos. Nos damos cuenta cuál era el trato a las víctimas de atentados, tanto de ETA como del Gal o del Batallón Vasco Español y ya vimos cuál fue luego el trato que recibieron a finales de los 90 y los primeros 2000.

Insisto, ¿se debe reconocer más a las víctimas del terror de ETA?

Iñarritu: Evidentemente a las víctimas que han sufrido esa terrible e injusta violencia hay que reconocerlas ¿cómo no? porque son las víctimas directas de esa violencia. Eso sí, reconocerlas no significa que tengan la capacidad de incidir en política como algo más de lo que son: Son ciudadanos como el resto, al igual que lo son las víctimas del GAL o de la violencia policial. Como víctimas hay que reconocerlas y escucharlas, pero no más allá de personas y ciudadanos que son.

¿Su voz y su opinión de las cuestiones políticas no tienen un mayor valor cualitativo que las de cualquier otro ciudadano?

Iñarritu: En todo lo que les afecta como víctimas, por supuesto que sí. En todo lo que excede a ese papel de víctimas, tienen una opinión como cualquier ciudadano más. Es curioso el comportamiento, se nos pregunta muchas veces ¿qué puede hacer el Gobierno? Cuando vemos cómo fueron liberados o indultados todos los actores involucrados en la guerra sucia, en el terrorismo de estado contra ETA, los muy pocos años de permanencia en prisión a los que habían sido condenados, hablo del caso Galindo, Barrionuevo y Vera, pero también muchísimos policías o funcionarios de base, vemos como fueron todos indultados, ellos y también los que participaron y fueron demostrados, juzgados y condenados por utilizar abusos policiales o torturas. Todos fueron indultados. Y vemos como después de que ETA abandonase la violencia, dos años después, con garantías, con verificadores internacionales para dar seriedad a ese anuncio definitivo, no ha cambiado un ápice la política y como se podía haber actuado de una forma diferente con arreglo al derecho y sin modificar ninguna norma.

¿Qué pasa si mañana ETA retoma las armas o lo hace una escisión como pasó en Irlanda con el IRA?

Iñarritu: Me da pena porque me llevan dos años haciendo esta pregunta. Cada vez menos, porque el Gobierno español ya ha reconocido que ETA no va a volver y que está en proceso de desaparición. Cuando al principio de la legislatura el Gobierno se atenía a inseguridades cuando se podía agarrar a certezas. Tenía no solamente la manera directa o indirecta de contactar con ETA, también había instituciones internacionales, gobiernos internacionales estaban mediando y el Gobierno, en vez de agarrarse a las certezas y a las seguridades y a las garantías que tenían, prefirió sembrar la duda por cálculos políticos. Hoy en día el Gobierno ha reconocido que ETA abandonó ya hace años la violencia. ETA no va a volver. Se acabó. Es una buena noticia que la sociedad vasca en su conjunto la celebra. Y lo que está pidiendo es acabar con las consecuencias de aquello que fue el conflicto violento que sufrió el País Vasco durante al menos 50 años.

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