Las autoridades marroquíes y españolas han coordinado este viernes el que se supone que será el primer bloque de repatriaciones de súbditos del Reino alauita bloqueados en Ceuta por el cierre de la frontera, en el que han entrado 300 personas, solo 5 de las que han pasado en algún momento por el polideportivo 'La Libertad', reconvertido en albergue de confinamiento improvisado tras la declaración del estado de alarma.

La Delegación no ha conseguido que Rabat aceptase ni un nombre más de ese colectivo pese a los intentos de la titular de la institución de la Plaza de los Reyes por avanzar en el vaciado del equipamiento, que el Gobierno de Vivas ha dado por hecho que no se cerrará en la confianza de que se cumplirá la palabra marroquí y habrá nuevas aperturas de la frontera durante los próximos días (o semanas).

La de este viernes ha hecho aflorar cientos de personas interesadas en volver a su país, un deseo que probablemente no tienen precisamente muchos de los albergados en el polideportivo. De momento, de los 300 censados por Marruecos hasta primera hora de la tarde solo habían salido 200 por el Tarajal, la mayoría transportados en autobuses desde Santa Amelia hasta la frontera y un puñado en sus coches particulares.

El dispositivo organizado, que deja a los escogidos en una urbanización cercana a Castillejos para el paso de una cuarentena, será desactivado a las 17.00 horas, pero el país vecino se ha negado rotundamente a incluir a ninguna otra persona para 'sustituir' a los que no se han presentado a la cita.

La Policía Nacional y la Guardia Civil se han encargado de efectuar el primer cribado de elegidos por Rabat junto al polideportivo de 'Santa Amelia', desde donde los incluidos en la lista de seleccionados han sido llevados en autocar hasta el Tarajal.

Decenas de personas han intentado, tras ser rechazadas, llegar a pie hasta el paso, aunque han sido embolsada en Loma Colmenar, donde los agentes han efectuado un segundo filtro documental para evitar cualquier tipo de aglomeración junto a la frontera.

La organización de la operación ha dejado múltiples disgustos. Uno, el de las autoridades españolas, que han visto cómo Marruecos presentaba su lista como lentejas. Otro, el de quienes, sin que nadie acierte a concretar qué criterio se ha utilizado, no han entrado en la relación de aceptados para volver al país vecino. El siguiente, el de quienes han intentado anotar a empleadas marroquíes como repatriables sin obtener ninguna respuesta admisible por parte de la Delegación.

La asociación Al Ambar llegó a anotar a más de 700 personas en su lista de marroquíes supuestamente atrapados en Ceuta y Luna Blanca también elaboró sus propios listados. 'Residentes Ceuta' ha "lamentado" el "espectáculo" que han protagonizado algunas oenegés "confeccionando listados y escaneando pasaportes sin tener en cuenta que tales acciones juegan con los sentimientos de estas personas y alimentan sus esperanzas sin ninguna certeza".

"Habría sido muy fácil habilitar una oficina y que todas las personas que esperan pudiesen registrarse como demandantes de retorno, lo que habría evitado este bochornoso espectáculo", ha criticado Abdelmalik Mohamed.