JORNADAS DEL IEC

Ni voluntad ni capacidad, los verdaderos obstáculos del PGOU

Ni voluntad ni capacidad, los verdaderos obstáculos del PGOU
José Luis Campos y Carlos Pérez Marín, en la presentación del coloquio de las Jornadas de Economía del IEC
José Luis Campos y Carlos Pérez Marín, en la presentación del coloquio de las Jornadas de Economía del IEC

Dos técnicos y un empresario analizan para el IEC las razones del bloqueo del Plan General de Ordenación Urbana, pendiente desde hace 15 años aportando posibles soluciones y coincidiendo en el diagnóstico: no hay ni voluntad política y, vista la tardanza, tampoco hay capacidad.

Dos arquitectos y un profesional del sector han analizado este jueves para el Instituto de Estudios Ceutíes los porqués y las posibles soluciones al fracaso del PGOU. Un plan general embarrancado tras 15 años de aprobaciones iniciales, alegaciones, esperas, plazos, gastos, informes y recursos  “y todavía no vemos la luz al final del túnel”, suspiraba José María campos, responsable de las jornadas sobre la Economía de Ceuta, que se habían dejado en el tintero en la edición de este año quizá la más determinante para el futuro de Ceuta: la falta de un Plan General de Ordenación Urbana.

Una charla coloquio con los arquitectos Carlos Pérez Marín y Luciano Alcalá y el presidente de la Asociación de Promotores, José Luis Muñiz en la que, grosso modo, coincidieron en el diagnóstico de las razones del bloque del PGOU: No hay voluntad política y, aunque duela, no hay tampoco capacidad. “En una empresa privada el responsable ya estaría en la calle”, espetó Muñiz. Pero no hay un responsable, son muchos en estos 15 años, en los que han pasado seis consejeros de Fomento y cuatro cambios de legislación urbanística, apuntaba el urbanista Luciano Alcalá.

15 años de trámites para (casi) nada

Fue precisamente Luciano Alcalá, experto urbanista y buen conocedor de los vaivenes del Plan General, el que desgranó en una minuciosa y descorazonadora cronología, el largo y tortuoso periplo del PGOU desde que en julio de 2000 se presentara la primera diagnosis, que terminó en un cajón y se retomó en 2005, pero que no cristalizaría en un avance de planeamiento hasta 2008 y no tendría su primera aprobación inicial hasta 2011, posponiéndose a 2014 para posponerse de nuevo hasta 2016 tras un breve lapso en el que se barajó desistir del PGOU y redactar otro, tentación que se superó hasta llegar a la actualidad, con el PGOU esperando vistos buenos y documentos y la oficina cerrada ya sin cartel.

El PGOU sigue en algún cajón, a la espera de las modificaciones de vuelos, de la inclusión del vial puerto frontera y del estudio de delimitación de tramos urbanos, según ha explicado reiteradas veces el consejero de Fomento, Néstor García. Tres obstáculos para los que el Colegio Oficial de Arquitectos de Ceuta, apunta Alcalá, le propuso alternativas técnicas que permitían desbloquearlo con facilidad. Pero nada.

Un Plan General para el que Luciano Alcalá propone además modificaciones cruciales para la ciudad que no están contempladas, en especial las muchas servidumbres y afecciones de suelo del Estado, bien de Defensa, Costas, Puertos y un largo etcétera, que complican aún más planificar el urbanismo de Ceuta.  Para paliar estas servidumbres, Alcalá propone la cesión de las carreteras nacionales  en sus tramos urbanos, lo que permitiría actuar sobre ellas con mayor agilidad; actualizar el deslinde marítimo terrestre;  y, en especial, modificar los ámbitos de protección por seguridad Nacional de las instalaciones de Defensa, seis en total en la ciudad autónoma (Punta Blanca, García Aldave-El Jaral, Loma Larga, residencia militar de Otero, las baterías del Pintor y el Molino y el Monte Hacho).  Zonas, que afectan a toda la ciudad, y que aunque por Ley deben disponer de un margen de 300 metros, en algunas zonas supera los 600 metros afectando a zonas de interés o residenciales, como las barriadas de El Jaral, Príncipe, barriada Postigo, Benítez Loma Margarita, Erquicia y parte de Los Rosales. Afecciones que, exige Alcalá, deben solucionarse con el Estado “en un plano de igualdad”.

Panorámica de Ceta desde la azotea del antiguo Banco de España1280

El PGOU no alcanza, hace falta una Ley de Suelo

“Ceuta es una ciudad pequeña pero muy compleja”, secundaba el arquitecto Carlos Pérez Marín, que apuesta por una visión global a largo plazo, para lo que el Plan General se queda muy pequeño.  “El ámbito del PGOU es apenas el 50 por ciento de la ciudad”, apunta recordando, como hiciera su colega, que Ceuta está rodeada de reinos de Taifas controlados por otras entidades, como el “territorio independiente” del Puerto, el suelo propiedad de Defensa o todo el litoral, patrimonio de Costas. “Ceuta necesita un Plan Director de Coordinación, pero para eso necesita una Ley del Suelo”. Una Ley que, insiste, permitiría a todas las administraciones sentarse en plano de igualdad a buscar soluciones para Ceuta.

Una Ley para la que, lamentablemente, Ceuta no tiene competencias, en manos del Estado. Pero eso tiene solución, plantea Pérez Marín. Por un lado una más engorrosa, una Iniciativa Legislativa popular (ILP), que obliga aponerse a la fila de otras iniciativas en el Congreso de los Diputados y someterse a la tramitación parlamentaria; la otra, negociar con el Estado para que sea él, quien tiene las competencias, quien redacte la Ley. Una fórmula más rápida, visto lo que ha tardado la Ciudad para redactar un simple PGOU, “no digamos una Ley del Suelo”, ironizó el arquitecto.

Pero para ello hace falta voluntad política, subrayó, en un mensaje que hizo extensivo a la oposición, que tenía entre el público a varios de sus miembros: Juan Luís Aróstegui, Javier Varga o Nuria Miaja, así como asesores de MDyC.  Pero, de momento, ni en la oposición, ni mucho menos en el Gobierno, han dado señales. 

Jornadas de Economía del IEC la Sala de Usos Múltiples de la BibliotecaNi rastro de la frontera en el PGOU

 “No se aprueba porque no tienen interés”, zanja Pérez Marín, que recuerda que un Plan General o una Ley del Suelo “son los instrumentos de una estrategia”. Una estrategia de la que carece el Gobierno, “que se dedica a tapar parches”, es más sencillo y tiene réditos electorales y evita pensar a largo plazo y complicarse la vida. “Y mañana, mañana será otro día”, ironizó acusando al Gobierno, y a la clase política en general, de un cortoplacismo que “prioriza la rapidez a la reflexión y es incapaz de pensar a largo plazo, como hizo la ciudad de Lyon para convertirse en una de las metrópolis con mayor calidad de vida, una de esas ciudades a las que apetece irse a vivir y que pensó más allá de sus fronteras, planteando conexiones con Turín. En Ceuta, “una ciudad con potencial”, en cambio, compara Pérez Marín, la memoria del PGOU ni siquiera menciona la frontera o Marruecos.

“No hay voluntad política”

Otra de las posibles soluciones al bloqueo del PGOU vino del público asistente y, curiosamente partió de un técnico municipal, el arquitecto de la Ciudad Jorge Chaves, que verbalizó en cuatro palabras lo que venían diciendo los ponentes: “No hay voluntad política”.  Pero sí puede haber una solución legal basándose en la Ley de 1978 (la legislación urbanística de Ceuta es pre franquista, como recordaron los conferenciantes”) que deja un resquicio para que, en caso de retraso de la redacción del PGOU pueda hacerlo el Estado subsidiariamente.

Un sector terminal

Una solución plausible que no convenció a José Luis Muñiz, presidente de la Asociación de Promotores, que no está dispuesto a alargar más aún los plazos, aunque pudiese estar listo en dos o tres años (el plazo normal). El sector, o lo que queda de él, no puede esperar. “Está en situación terminal”. En 2010 se vendieron 300 viviendas nuevas, en 2016, 9. “Eso no es un sector, es un amigo haciendo pisos”.  Una crisis que provocó una caída a la mitad de la recaudación de impuestos y tasas asociadas, y la Ciudad subió los impuestos. “Este Gobierno si baja la recaudación de impuestos pues sube los impuestos, y si no cumple los plazos pues deja de ponerse plazos”, lamentaba con sarcasmo Muñiz, en alusión a la última excusa de Néstor García, consejero de Fomento, para no dar más información sobre la situación del proyecto. “no busquemos responsables, el único responsable es la Ciudad”, zanjó.

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