Los resultados de las elecciones del pasado domingo componen una nueva Asamblea donde muchas cosas resultan familiares. El equilibrio de fuerzas se mantiene estable, con un PP necesitado de apoyos externos, tal y como sucedía en la anterior legislatura, y un PSOE y un Vox que, aunque en manifiesto retroceso, tan solo han perdido un escaño con respecto a las elecciones de 2019.

La novedad más notoria se encuentra en el auge de las fuerzas localistas MDyC y Ceuta Ya! que, conjuntamente, han logrado superar en votos a PSOE y Vox y ya cuentan con tantos diputados como la formación de extrema derecha. Aunque el concierto de ambos grupos para impulsar acciones coordinadas durante la legislatura no se antoja fácil dado el tradicional encono que ha caracterizado tradicionalmente sus relaciones.

En todo caso, la nueva Asamblea, que se constituirá el próximo 17 de junio, incorpora a un buen número de caras nuevas. Aunque 12 de los 25 diputados repetirán en sus escaños: Juan Vivas, Alejandro Ramírez, Kissy Chandiramani, Alberto Gaitán, por el PP; los socialistas Juan Gutiérrez y Cristina Pérez; los diputados por Vox Juan Sergio Redondo, Carlos Verdejo, Francisco José Ruiz y Ana Belén Cifuentes; y los líderes de MDyC, Fátima Hamed, y Ceuta Ya!, Mohamed Mustafa.

Representación femenina

Los resultados de este domingo no han servido, sin embargo, para ampliar la presencia femenina en la Cámara. Ceuta alcanza un modesto 44% en la proporción de escaños ocupados por mujeres en la futura Asamblea: 11 de 25, idéntica a la de la pasada legislatura. La media en las cámaras regionales españolas se sitúa en el 47,4%. Solo Castilla-León se sitúa por detrás de la paridad con el 38,8%.

El 44% de presencia femenina ceutí es el cuarto porcentaje más bajo de entre todas las cámaras regionales del país. Solo Extremadura, Cantabria y Castilla-La Mancha registran un porcentaje inferior al de Ceuta.

Retórica y posibles acuerdos

La estabilidad en la relación de fuerzas parece aventurar una legislatura no muy distinta a la que ya quedó atrás. Los debates y la retórica esencialista de los diputados de Vox se mantendrán vivos, si, como parece, el ganador de las elecciones, Juan Vivas, no se ve forzado por su propio partido a cerrar algún tipo de acuerdo con la ultraderecha, una posibilidad que ha negado tajantemente durante la campaña electoral. Además, la extrema derecha se verá estimulada en su «cruzada» por la mayor representación en la Cámara de MDyC y Ceuta Ya!, los dos grupos a los que reiteradamente ha motejado de «promarroquíes».

A la espera de acontecimientos, PP y PSOE parecen condenados a entenderse mediante un pacto que reedite el que ya mantuvieron durante la segunda mitad de la pasada legislatura. Los socialistas siguen teniendo su mejor opción de influir en la actividad del Gobierno en la oferta de un apoyo externo al equipo de Vivas que garantice la estabilidad del mandato.