Al alba y sin tiempo duro de levante, este lunes el número tres del Partido Popular, el vicesecretario de Organización, Fernando Pérez Maíllo, ha ubicado al ex ministro de Defensa, Federico Trillo, en el exilio, en la isla de Perejil, que le hizo famoso durante la ocupación marroquí del verano de 2002.

Trillo ha vuelto con fuerza a las portadas en los últimos días por culpa de la aparición de un informe sobre las muertes de 62 militares españoles en el accidente Yak 42 que reconoce responsabilidad patrimonial del Estado. Toda la oposición parlamentaria en el Congreso de los Diputados clama al Gobierno para que deje al ex ministro sin cargo público, después de que ya haya sido relevado como embajador en Londres.

Y desde el PP y desde el Gobierno han optado por defender al que fuera uno de los pesos pesados de la formación y la persona sobre la que recayó gran parte de la estrategia judicial en los primeros compases de la Gürtel y Bárcenas, cuando la instrucción aún la llevaba el juez Garzón.

Este lunes el enroque le ha tocado al ministro de Justicia, Rafael Catalá y al número tres de los populares, el vicesecretario de Organización, Fernando Pérez Maíllo. Maíllo en una intervención en Onda Madrid, ha defendido que Trillo recupere su plaza como funcionario pública una vez abandone la embajada en Londres e ironizando sobre las ansias de apartarlo de lo público de la oposición en bloque se ha preguntado si al ex ministro lo tienen que enviar al exilio. El literal recogido por todos los medios y que en este enlace se puede oír es: “¿Qué tenemos que hacer con Trillo, sacarlo de España y mandarlo a la isla Perejil? ¿Exiliarlo?".

Tal vez no sea la mejor defensa para el ex ministro que contribuyó a resolver la crisis diplomática que originó la invasión del islote por fuerzas marroquíes en 2002. Y es que aunque perejil quedó con un ‘status quo’ compartido entre Marruecos y España, no parece el mejor argumento a favor del popular ubicar a la famosa isla en el extranjero.

Más cuando el sector popular en Ceuta se ha mostrado en el pasado tan beligerante con este tipo de gestos: los todoterreno que regaló el Gobierno de España al de Marruecos y que no pudieron pasar por el paso del Tarajal y tuvieron que salir en barco desde Ceuta a Tánger, el famoso vaso de agua que se bebió Zapatero en otra cumbre hispano marroquí, la ausencia de Ceuta y Melilla de esas cumbres a las que sí acuden los Gobiernos de Canarias y Andalucía o fotos de mandatarios con ministros marroquíes o el propio Rey alauí delante de un mapa de Marruecos que comprende a las dos ciudades autónomas, son algunos de los ejemplos del pasado, a los que ahora se suma esta declaración del número tres de los populares. ¿Se le exigirá rectificación?