El paso del GIL por Ceuta, protagonista del "fascismo español en el postfranquismo" en un Congreso


El paso del GIL por Ceuta, protagonista del "fascismo español en el postfranquismo" en un Congreso

- El éxito electoral de los de Sampietro en la ciudad autónoma, bajo la lupa en 'Época Socialista: 1982-1996', unas jornadas internacionales auspiciadas por 'Historiadores del Presente', la UAM y la UNED

- El investigador gallego Luis Velasco cree que su "explosión de votantes en Ceuta" explica "qué elementos de la ideología fascista había asimilado: conflictos étnicos, religiosos y culturales que pretendían enfrentar a través de una xenofobia patente"

El paso del Grupo Independiente Liberal (GIL) a finales de los años noventa por la política local y nacional será analizado durante la próxima semana en un Congreso Internacional de Historia que analizará la 'Época socialista: 1982-1996'. Organizado por la Asociación de Historiadores del Presente y los departamentos de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), la cita acogerá una ponencia titulada 'El fascismo español en el postfranquismo: proyectos electorales propios y ajenos durante la etapa socialista' en la que el investigador del departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de Santiago de Compostela Luis Velasco diseccionará las entrañas de aquella opción a la que puso cara en Ceuta Antonio Sampietro.

En su comunicación, Velasco pretende "explicar brevemente la trayectoria electoral de algunos partidos políticos que, inmediatamente antes, durante e inmediatamente después de la etapa de gobierno de Felipe González, reivindicaron activamente, una parte o la totalidad de los principios políticos y valores fascistas vigentes durante el franquismo".

Su análisis sitúa al GIL "en las cercanías" de los movimientos fascistas, criptofascistas, xenófobos o ultranacionalistas y como ejemplo más significativo de las "experiencias políticas de cariz populista" que desde 1977 hasta aquí han alcanzado "cierto auge electoral".

"En el año 2000 la candidatura organizada por el alcalde de Marbella y presidente del club de fútbol tlético de Madrid Jesús Gil logró un 0’31% del voto emitido en el total de las circunscripciones, pero consiguió un importante porcentaje de apoyos en algunas circunscripciones del sur de España, señaladamente en la ciudad autónoma de Ceuta, donde alcanzó el 28,71% con 8.758 votos", recuerda el investigador.

"Aunque obtuvo más en Madrid -32.432 y 1,05%- y Málaga -10.560 y 1,63%-", profundiza en su éxito en Ceuta, "lo cierto es que la explosión de votantes en la ciudad autónoma nos explica a la perfección qué elementos de la ideología fascista había asimilado este experimento político para movilizar en su favor a los votantes: conflictos étnicos, religiosos y culturales que pretendían enfrentar a través de un ultranacionalismo y una xenofobia patentes".

A juicio de Velasco, "las diferencias ideológicas entre el personalismo ofrecido por Jesús Gil y el fascismo organizado o por los grupos políticos de carácter neofascista no son pocos, pero tampoco lo son algunas de sus coincidencias programáticas más polémicas, como el rechazo a la emigración y su denuncia como fuente de problemas económicos y sociales".

Una estrella fugaz

"Pese a ser un experimento populista parcialmente exitoso, se produjo en un clima favorable a la aparición de este tipo de propuestas", contextualiza en su ponencia, en la que recuerda que el GIL fue fundado en 1991 para presentarse a las elecciones municipales de la ciudad de Marbella, pasando nueve años hasta que se presentó a las elecciones generales de 2000. "En aquella primera convocatoria electoral, el GIL obtuvo 19 concejales con 20.531 votos y el 65,68% del voto válido en este municipio andaluz; en las elecciones municipales de 1999 consiguió 87.763 votos sólo entre la comunidad autónoma de Andalucía y las ciudades de Ceuta.y Melilla, logrando un total de 93 actas municipales [12 en la ciudad autónoma]", precisa.

La aparición del GIL en Ceuta en 1999 prácticamente aniquiló a Ceuta Unida (CEU) y a Progreso y Futuro de Ceuta (PFC), que en las autonómicas de 1995 habían rozado los 10.000 votos y en las siguientes no llegaron a los 2.000. En PSOE también se dejó más de mil votos entre una cita electoral y otra, mientras que el PP creció (de 8.800 a 9.300) a pesar de la pujante aparición de Sampietro, que fue el más votado con 12.721 apoyos.

En las generales de 2000 el PP ganó con 14.514 sufragios mientras que el GIL fue la segunda fuerza más respaldada en la ciudad con 8.758. Tras su desaparición del panorama político local, los Populares no han vuelto a bajar del límite de 20.000 apoyos en unos comicios generales o locales hasta ahora.

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