En la última semana, la Policía Local ha comprobado 175 empadronamientos sospechosos, un trabajo ya rutinario en el que han detectado 40 casos, procediendo al inicio de otros tantos expedientes de baja por incumplimiento de la normativa vigente. Una labor de control del censo que desde 2013 ha destapado más de 4.000 casos de fraude, exactamente 4.088, según ha explicado el consejero de Gobernación, Jacob Hachuel, en respuesta a una interpelación del PSOE.

El primer año de la campaña de revisión del censo, en 2013, se destaparon 741 casos, que se convirtieron en 1.476 al año siguiente. Desde 2015 la cifra se ha estabilizado alrededor de los 600. Así, en 2015 fueron 690, en 2016 se detectaron 626 fraudes y en 2017 fueron 555. “La gente se ha dado cuenta de que los pilamos”, resumía Hachuel precisando que si bien han bajado los casos de fraude no lo han hecho el número de inspecciones, alrededor de 2.600 al año. “Si no se hubiese empezado a hacer tendríamos 20.000 censados más”, calcula el consejero de Gobernación.