El aparentemente ignífugo Orden del Día matutino de la Sesión Plenaria Ordinaria del mes de enero (que incluía dos Reglamentos para regular el buceo profesional y otras dos propuestas para atajar la pobreza y la exclusión social) ha dado pie al PSOE y a Caballas para trasladar al Pleno la batalla más o menos pública que mantienen desde hace tiempo a cuenta de profundas diferencias políticas y personales.

Al filo de las 13.00 horas, desde su Ipad, al que minutos antes Juan Luis Aróstegui se había referido con sorna como el "moderno aparato" que no dejaba de manejar el consejero de Hacienda, Francisco Márquez ha aireado la disputa al mundo: "Pleno Asamblea de Ceuta: los grupos de la izquierda, a la gresca entre ellos", ha 'tuiteado' desde su perfil en la red de los 140 caracteres (@PacoMarquezdlR).

No es la primera vez, ni mucho menos, que el primer grupo de la oposición sale 'mosca' con la actitud del portavoz socialista, José Antonio Carracao, que entiende "totalmente legítimo", como ha repetido esta mañana, pedir la palabra para terciar en el debate sobre propuestas o mociones de urgencia de la coalición localista.

El líder del PSOE de Ceuta decidió no seguir al pie de la letra, desde que llegó a la Asamblea, esa regla no escrita que durante las últimas legislaturas prescribía que, como los bomberos, los grupos de la oposición procuraban no pisarse la manguera, dejando al resto medir sus argumentos con el PP sin interferencias para después votar según su criterio.

La entrada de Aróstegui en la Asamblea ha contribuido a agudizar la fricción. Su afilada retórica, que tanto Populares como socialistas acostumbran a interpretar ofendidos como "excesos verbales", agita el corral parlamentario y los permanentes guiños, convertidos en un tic, de Carracao a UGT no rebajan la tensión.

Este lunes, sin Milagros García, de baja tras su accidente marítimo, que acostumbra a sentarse entre el socialista y el localista, ambos han tenido la ocasión de confrontarse sin disimulo. Primero ha sido a cuenta de si la Mesa General de Negociación de la Ciudad Autónoma debía incluir o no a las sociedades municipales. Márquez cree que no; Aróstegui, que sí; Carracao opina como el PP, pero su argumentario, que ha aludido directamente a las posiciones sindicales, ha hecho saltar las primeras chispas entre los dos grupos de la oposición, tan minoritarios como mal avenidos.

El debate sobre si los Planes de Empleo deben o no ser gestionados en su totalidad por la Ciudad Autónoma ha permitido ver las primeras llamas. En este caso eran Populares y Caballas los que estaban de acuerdo en que sí y el PSOE el que opinaba que no, pero los turnos en el uso de la palabra han acabado dando pie a Aróstegui para crujir a Fernández Chacón y a sus dos asesores, Carracao y Mas, a los que el portavoz accidental de la coalición ha recordado como una de las mayores "humillaciones" que ha visto el que se obligase a los contratados a firmar delante del delegado "que le pagaba su sueldo".

El sueldo de Carracao y la política fronteriza

La alusión ha encendido a Carracao, que ha exigido una rectificación mientras se afanaba en defender el trabajo de la Unidad de Promoción y Desarrollo (UPD) que dirige su compañera Milagros García.

Localistas y socialistas han protagonizado también el choque más sonoro en la discusión sobre si había que pedir o no a la Delegación que reabriese el paso de Benzú, un asunto en el que la geometría variable de la política ceutí volvió a poner en el mismo bando a PP y PSOE, partidarios de que no con distintos argumentos, frente a Caballas.

La petición para tomar la palabra de Carracao después de que Ali expusiese sus argumentos y de que Martínez se los rebatiese ha inflamado al líder de la oposición, que ha afeado expresamente al del PSOE su actitud, dirigiendo entonces sus lanzas a los dos últimos Gobiernos socialistas por no haber hecho "nada" para que Ceuta tenga una aduana comercial con Marruecos, precisamente el camino por el que Carracao optaba como alternativa más conveniente a la iniciativa de Caballas.