Juan Sergio Redondo, cabeza de lista de VOX y diputado en la Asamblea, ha citado esta mañana a los medios de comunicación en la sala de prensa del Palacio Autonómico para valorar el último tramo del presente curso político. Redondo ha iniciado su intervención calificando de «bochornoso» el hecho de tener que salir a la palestra para dar explicaciones por lo sucedido en los últimos plenos, ello, en clara alusión al reciente episodio en el que el secretario general del PSOE, Juan Gutiérrez, mostró a los presentes en la cámara una imagen en la que podía verse al líder de VOX (presumiblemente) dormido medio de una sesión parlamentaria.

Tras esto, Redondo ha denunciado la incapacidad de su partido para sacar adelante propuestas que considera «beneficiosas» para la ciudadanía caballa (como aquella relativa al cribado de pacientes con cáncer de mama) dadas las constantes negativas del resto de grupos de la Asamblea, una Asamblea a la que, nuevamente, ha vuelto a tachar de «ilegítima» (sin esgrimir argumento alguno del porqué de esa supuesta «ilegitimidad»). A propósito de las propuestas plenarias, el máximo responsable de VOX ha asegurado que la mayoría de formaciones con representación en la cámara llevan al pleno medidas «absurdas y repetidas» que, a su juicio, poco o nada aportan al debate político.

Sobre las sesiones de control al Gobierno, Redondo las ha tildado de «teatro», argumentando que siempre son los grupos interpelantes -y no el Ejecutivo- quienes informan a la ciudadanía acerca del asunto a debatir, limitándose el Gobierno a dar respuestas «prefabricadas, pactadas e insustanciales». «Se trata de una tomadura de pelo», ha afirmado.

Del mismo modo, el líder de VOX no ha dudado en hablar de nombres propios. A este respecto, el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, y el portavoz de Ceuta Ya!, Mohamed Mustafa, han acaparado el grueso de las críticas: el primero -en palabras del propio Redondo-, por «intentar poner a la ciudadanía en contra de VOX para que el partido cese su actividad política al más puro estilo “mafioso”»; el segundo, por ser «un talibán radicalizado y vestido de ”progre” que no hace más que “ningunear” [a su grupo político]».

A propósito de TRACE, Redondo ha destacado la «urgente necesidad de municipalizar el servicio y “liberar” a sus trabajadores». A criterio de VOX, esto último acabaría con la «opacidad de una empresa privada que factura alrededor de 20 millones de euros al año a la Ciudad».