Tras el anuncio de celebración del 41º Congreso Federal del PSOE, el último fin de semana de noviembre, se da el pistoletazo de salida a los cónclaves territoriales de donde emanarán los líderes regionales y sus respectivas ejecutivas
Ceuta, federación que funciona de forma interina a través de una Gestora tras la dimisión del ya exsecretario general, Juan Gutiérrez, ha visto retrasada su intención de realizar el Congreso en otoño porque los Estatutos otorgan 90 días para la celebración del mismo una vez sea reelegido, más que previsiblemente, Pedro Sánchez.
El anuncio ha provocado movimientos de fichas entre quienes asoman la cabeza para enfrentarse al ‘aparato’ socialista. De forma oficiosa pero con una puesta en escena que incluyó fotografía junto a la ex-delegada del Gobierno Salvadora Mateos y al ex-secretario general José Carracao, el eterno rival de primarias, Pablo Núñez, anunció su intención de plantar cara a Ferraz. En sus filas, muchos críticos con la gestión de Pedro Sánchez, con publicaciones anti-amnistía y severas críticas a Santos Cerdán por su manera de gestionar internamente el partido.
Tras varias derrotas, esta vez el grupo de críticos, unidos en torno a la figura del ex-asesor de la Delegación del Gobierno Pablo Núñez, ha organizado un equipo de trabajo que, según le consta a esta redacción, trabaja en la zona alta del tacómetro para atraer adeptos. Su proyecto pivota en torno a militantes, antiguos cargos y ex-trabajadores del partido, en un movimiento no exento de resentimiento que devalúa su candidatura. En una reunión que mantuvieron en julio, y a la que convocaron a los medios de comunicación, Núñez lanzó duras acusaciones a la Gestora nombrada por Ferraz, marcando un rumbo de enfrentamiento que ha provocado cierto estupor en Madrid.
La gran sorpresa, en torno a la candidatura de Núñez, ha sido la inclusión de todos los militantes que arribaron al partido de la mano de Juan Gutiérrez. El apoyo del dimitido líder socialista al sector anti-Ferraz ha provocado un enorme revuelo por cuanto el sector liderado por Núñez se había mostrado siempre crítico a la figura de un Juan Gutiérrez a quien consideraban un secretario general desprovisto de las cualidades morales, políticas y personales para ejercer el liderazgo del PSOE ceutí.
Los extraños compañeros de cama que a veces depara la política han dado alas a un Núñez que se ve ganador pese a colgarse la vitola de crítico con Ferraz y Sánchez. Su apuesta añade, además, apoyo de una pequeña parte del Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea, un equipo que ha perdido a los tránsfugas Nabil Rahal y Fidda Mustafa pero que mantiene la lealtad al PSOE a través de las figuras de Melchor León y Sebastián Guerrero. El primero, vicepresidente primero de la Asamblea y, a su vez, presidente de la actual gestora, cuenta con el beneplácito férreo de Ferraz. El segundo, portavoz parlamentario, mantiene, junto a León, un inquebrantable apoyo a los postulados internos del PSOE y conforma la cara pública en los plenos asamblearios donde cada vez tiene más peso político.
En torno al Grupo Parlamentario y a la Gestora, la alternativa oficial del aparato socialista ha puesto la mano sobre el hombro de la figura llamada a ser la pacificadora y líder del PSOE de Ceuta: Cristina Pérez. Salvo sorpresa mayúscula, Pérez será el estandarte sobre el que Moncloa y Ferraz han volcado la confianza para enfrentar una corriente revanchista que está más envalentonada que nunca.
La trayectoria pasada de Pérez como vicepresidenta de la Asamblea, secretaria de organización del partido y la actual, como delegada del Gobierno, avalan la tesis que se viene solicitando tanto desde Madrid como en Ceuta: la federación ceutí necesita una figura política de poder al estilo de Sabrina Moh en Melilla. Mujer, secretaria general, miembro de la Ejecutiva Federal y delegada del Gobierno. Perfiles muy altos para poner cara política a territorios donde, mucho más que en otros sitios, se requiere de referentes de alto nivel.
Las constantes encrucijadas políticas que se generan en las ciudades de Ceuta y Melilla requieren de capacidad de influencia en los círculos de Moncloa y los corrillos de las cámaras alta y baja. Las especificidades de la ciudad, eterno patito feo a la hora de legislar y establecer prioridades y sinergias, demandan líderes con suficiente artillería como para erigirse y actuar con determinación cuando así se requiera.
Pérez surge así como el perfil idóneo para normalizar un partido que ha vivido momentos convulsos y que necesita rearmarse para plantar cara en las elecciones municipales de 2027.
La previsible candidata cuenta con mucho apoyo en las bases pero tendrá que pasar su particular ‘Rubicón’ el 20 de octubre. Ese domingo, el partido, en un formato de primarias, elige delegados para el Congreso Federal. Quien demuestre más músculo, no sólo se llevará los delegados sino también la certeza de que ganará las Primarias a la Secretaría General, asegurándose las riendas del PSOE local los próximos cuatro años.
Oficialismo frente al revanchismo. Los números revelarán quién toma el poder frente al PSOE local. Tomen asiento y disfruten.