Mientras los técnicos del Ministerio elaboran el documento en colaboración con las comunidades autónomas, el Gobierno central seguirá dando respuesta a las situaciones de crisis a través de "mecanismos puntuales"
Es la máxima autoridad nacional en materia de menores: su visita a Ceuta no podía pasar desapercibida; sus movimientos aquí, menos todavía. Así se esperaba que fuese cuando anunció que vendría y así ha acabado siendo. Tal y como prometió que haría, la ministra de Juventud e Infancia se ha dejado ver este 4 de septiembre por la ciudad autónoma -en el contexto de una presión migratoria de auténtico récord- en un acertado intento por impregnarse de la realidad que aquí se vive desde que 2024 comenzó a cubrir nuestros almanaques.
Tras visitar algún que otro centro de acogida y pasearse por toda la Perla a bordo de una furgoneta de las que se utilizan para trasladar a los niños de aquí a allá, Sira Rego ha dedicado la parte restante de su agenda a resolver la cuestión institucional. Lo ha hecho en el Palacio Autonómico al amparo de un Juan Vivas que, como suele ser habitual, ha asumido muy gustosamente -a juzgar por su lenguaje no verbal- el rol de anfitrión.
Estaba previsto que Rego llegase a ese edificio al que el propio Vivas acostumbra a referirse como "la casa común de todos los ceutíes" sobre las diez y cuarto de la mañana. Luego de un anecdótico desajuste protocolario que ha retrasado levemente la recepción, la ministra ha plasmado su firma en el Libro de Honor. Después de algo más de una hora de reunión a puerta cerrada en la que ha tomado parte la delegada del Gobierno, la titular de Juventud e Infancia ha compartido atril con el presidente en el marco de una comparecencia conjunta en la que la (aparente) buena sintonía ha sido la tónica.
En la línea que tanto lo caracteriza, Vivas ha aprovechado la ventana que le han brindado los medios para agasajar a su hoy huésped, a la que el alcalde ha atribuido, entre otras virtudes, "interés y receptividad". "Gracias por visitar Ceuta y por estar con nosotros para tratar un asunto de tanta importancia como lo es la situación actual", arrancaba ante la prensa el jefe del Ejecutivo local.
Vivas cree que, más allá de lo puramente administrativo, el escenario sobrevenido a raíz de las últimas entradas irregulares constituye "un verdadero drama humano", uno "irreparable". Por fortuna para la ciudadanía ceutí (y para los propios menores extranjeros), el encuentro entre el presidente y la ministra ha dejado tras de sí "un elevado nivel de coincidencia tanto en el diagnóstico como en la estrategia que se ha de abordar". Esa misma "estrategia" pasa, ineludiblemente, por "la acción del Estado".
Los datos están ahí: "Ceuta tiene excedida su capacidad de acogida en un 500%". No es moco de pavo. Por contextualizar: "El número de menores acogidos por cada 1.000 habitantes multiplica por 18 la media nacional". Pese a lo delicado de la tesitura, Vivas tiene claro que "la Ciudad ha respondido con un admirable nivel de eficacia". "Contamos con unos profesionales que han sido capaces de responder a esta gran exigencia", presumía el presidente.
Hasta ahora, el Gobierno ha logrado sobreponerse cual malabarista a la coyuntura. Sin embargo, "los esfuerzos ya no dan más de sí"; existen hoy por hoy "muchísimas dificultades" para dar sustento a tanto menor, de ahí que Vivas considere que "la petición de auxilio al Estado está más que justificada".
Tras valorar posibles soluciones, el alcalde sostiene que "la respuesta tiene que venir dada en dos planos simultáneos". El primero de ellos, claro, pasa por "atender la emergencia mediante el traslado de menores a otras comunidades"; el segundo, por lograr por la vía legal que esos traslados sean "ágiles y vinculantes". A este respecto, Vivas defiende que el único camino posible es el de "el acuerdo entre Administraciones". "Nosotros vamos a hacer todo lo posible para que este se produzca", adelantaba. "Confiamos en que se logre", concluía.
"Una maravillosa acogida": así se ha expresado Rego a propósito de la cálida bienvenida auspiciada por Vivas y su Gabinete. Decía la ministra que, "para Juventud e Infancia, era muy importante venir a Ceuta". En la misma línea que el líder del Ejecutivo autonómico, la funcionaria está convencida de que solo hay un remedio posible: "La visión de Estado". "No hay que olvidar que somos el mismo país", apuntaba.
El primer paso del Gobierno de Sánchez se produjo ayer mismo con la aprobación en Consejo de Ministros de una partida de 35 millones de euros con la que sufragar desplazamientos de menores no acompañados. Publicada la disposición en el BOE, Rego ha adelantado que "ya están todos los papeles preparados para que se produzca con carácter inmediato un primer traslado".
El dinero está muy bien, pero sus efectos a largo plazo son los propios de aquel sabio dicho que reza 'pan para hoy, hambre para mañana'. A fecha de septiembre de 2024, "no se está llegando hasta donde hay que llegar". Al hilo de ello, Rego estima que la solución definitiva vendrá con "la reforma del artículo 35 de la Ley de Extranjería". Y es que, a juicio de la titular de Juventud e Infancia, "el fenómeno migratorio entraña una complejidad lo suficientemente grande como para que sean necesarias varias vías paralelas".
En opinión de Rego, la modificación de la legalidad vigente supondrá de primeras la consecución de "una planificación de futuro". Hasta que eso ocurra, no en balde, Moncloa habrá de seguir "dando respuesta a las situaciones de emergencia que se vayan produciendo". Por supuesto, Madrid no contempla otro escenario que no sea el de "los derechos y la acogida". "Nos toca mucha altura, mucha política de Estado, mucho acuerdo y mucha coordinación entre instituciones", subrayaba la ministra.
Al margen de la reforma de la Ley de Extranjería y de los "mecanismos puntuales", Rego ha revelado que su Ministerio está inmerso en la elaboración de "un Plan Estratégico de Infancia Migrante", uno en el que están llamadas a participar las diferentes comunidades autónomas en el seno de la Conferencia Sectorial. Según ha adelantado la ministra, el documento se basará en "un diagnóstico sobre el número de plazas disponibles por territorio". Adicionalmente, este solicitará a la Unión Europea "los recursos que nos corresponden" y la puesta en marcha de "programas que acojan infancia solicitante de asilo" y otros tantos de "acompañamiento y transición hacia la vida adulta".
