La voluntad del Gobierno de la Ciudad, que UGT atribuye directamente al presidente, Juan Vivas, de nombrar al nuevo superintendente de la Policía Local de forma “dedocrática, ajustándose a criterios de gusto o afinidad personal, en vez de atenerse a criterios profesionales objetivos”, ha sentado muy mal en la Federación de Servicios Públicos de UGT, que no ha dudado en salir al paso recordándole al Gobierno que tal nombramiento contravendría la Ley y no dudará en acudir a los Tribunales para impugnar la decisión.

El sindicato llega incluso a admitir que pueda existir controversia y una discusión subjetiva “respecto a la forma de provisión del puesto de Superintendente Jefe”, si es “más adecuado el concurso o la libre designación”, pero le recuerda al Gobierno que “existe un criterio objetivo que impide actualmente utilizar la libre designación como forma de provisión. La legislación vigente marca de forma taxativa que para que un puesto de funcionario sea cubierto por el sistema de libre designación, es requisito indispensable que tal circunstancia venga recogida en la relación de puesto de trabajo (RPT). La cual actualmente no existe. Por tanto, de aprobarse la modificación del Reglamento tal como lo ha presentado el Gobierno de la Ciudad, la UGT acudirá a la jurisdicción Contencioso Administrativa en defensa de la legalidad”, ha recordado a través de un comunicado el sindicato.

Desde UGT le pegan un tirón de orejas al Gobierno, y aprovechan la controversia para recordarle las carencias de plantilla con carácter general. Así comparan la “extrema urgencia” que se está tomando el Gobierno para cambiar todo lo que sea necesario para poder nombrar a dedo al sucesor de Ángel Gómez, mientras “existe una carencia de personal y no mueven un dedo para poner en marcha la Oferta de Empleo Público que permita tener una plantilla que cubra las necesidades que demandan los ciudadanos”.

Faltan agentes, pero no un jefe: “Actualmente la Jefatura está cubierta por un funcionario del propio Cuerpo que desarrolla estas funciones de forma eficaz, lo que hace menos entendible las prisas en cubrir dicho puesto”, ha apostillado el sindicato.

Para UGT está muy claro que “el puesto de Superintendente jefe de la Policía Local debe corresponder a un funcionario de la Ciudad Autónoma de Ceuta, y el acceso ha dicho puesto debe ser tal como establece el Estatuto Básico del Empleado Público y la Constitución Española, ajustándose a los principios de igualdad mérito y capacidad y no a criterios políticos de afinidad, mediante el procedimiento de concurso oposición. No solo supone un menosprecio a los funcionarios de la Ciudad al considerar que no están capacitados para su desempeño, sino que en un alarde delirante pretende mediante su dedo hacer funcionario de esta Administración a una persona ajena a la misma, como podría ser un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o de las Fuerzas Armadas”.

Y el sindicato va más lejos y esboza una teoría que explicaría las verdaderas razones por las que el Ejecutivo busca un superintendente a dedo: manejar decisiones policiales con intereses políticos aún cuando contravengan los criterios profesionales.

“A los menos avezados se les convence fácilmente con argumentos tales como ‘necesitamos un jefe cuyo cargo no sea vitalicio, hemos tenido malas experiencia con anteriores…”’ Esto, lo manifiestan miembros del actual Gobierno que justifican la libre designación para evitar que los funcionarios del Cuerpo de la Policía Local tengan que padecer un jefe de forma perenne. A los afines al actual Gobierno no resulta necesario convencerles, ellos simplemente aceptan y acatan todo aquello que les venga de arriba. Desde la UGT pensamos que el resultado es justamente el contrario. Un jefe nombrado a dedo por el Presidente y que por tanto puede ser cesado a dedo por el Presidente es mucho más receptivo a plegarse a criterios políticos antes que a los profesionales, lo que supondrá un perjuicio notable para los Policías ya que se pueden ver sometidos a cumplir órdenes de dudosa legalidad.”, ha explicado UGT.

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