Preguntado por el porcentaje, el presidente reconocía que era pequeño, pero mejor que nada. La sorpresa se producía cuando Vivas justificaba el 10 por ciento alegando que es que además de buscar la medida social "las obras hay que terminarlas" y debe garantizarse la "eficiencia y eficacia". Unas palabras que ya parecían sospechosas y que daban a entender que el presidente ponía en duda la capacidad de trabajo de estas personas, ya que con un porcentaje mayor al 10 por ciento se ponía en peligro que las obras encargadas llegasen a buen puerto.

Por si quedaba alguna duda, Vivas regresaba de nuevo con el mismo argumento y de forma más clara. El presidente declaraba sin pudor que los integrantes de estos colectivos son personas que pueden estar no adaptadas a un rito u "horario de trabajo", lo que acarrearía problemas, motivo por el que su participación se limita al 10 por ciento.

El Gobierno cree que esta iniciativa es un primer paso que deberá ser estudiado para ver si se puede ampliar a otros ámbitos. Aunque aquí el presidente no ha explciado si en esos otros sectores también se va a limitar el porcentaje por 'miedo' a la 'falta de productividad'.