Era la primera propuesta del grupo parlamentario Vox. Se trataba de crear un vivero de empresas para apoyar a los emprendedores, pero apenas se llegó a debatir. La sesión volvió a incendiarse Ningún grupo quería secundar la iniciativa de la ultraderecha por dos motivos: primero, la actitud provocadora de su portavoz --”Después de los insultos, ofensas y afrentas de las que hemos sido objeto por parte de la otra derecha no vamos a apoyar ninguna de sus propuestas”, resumía el portavoz socialista Manuel Hernández— y porque la propuesta está en marcha desde hace más d una década, recordaba la portavoz de MDyC, Fatima Hamed.

El resto del debate de este punto del orden del día no fue sino una prolongación del enfrentamiento entre el portavoz de Vx, Carlos Verdejo, y el resto de portavoces, en especial el presidente Juan Vivas dispuesto a no dejar pasar ni una al portavoz ultra. Verdejo se las apañó para redirigir el debate hacia la polémica, acusando a Caballas y MDyC de “no haber condenado a Marruecos”, algo que no solo ya habían hecho sino que Mohamed Alí (Caballas) volvió a hacer en sesión plenaria. Ni así. 

Verdejo fue elevando el tono de los insultos y las provocaciones, tildando a Mohamed Alí de “traidor” y de ser “de otra civilización”, poniendo en duda su condena a Marruecos— “No sé si su condena a Marruecos es sincera, y no sé si atrevería a condenar a Mohamed VI por si le van a cortar las manos cuando vaya a Marruecos de visita”— o acusando a Fatima Hamed (MDyC) de sentirse más “identificada con inmigrantes, islamistas y antisemitas”. Acusaciones que hicieron el mismo efecto que un reguero de gasolina en un incendio, reventando el debate, que, desde este momento, transcurrido a voz en grito. 

El presidente Vivas trató en vano de reconducir el debate. “¿Puede usted intervenir sin insultar?”, rogaba Vivas. “No insulte, por favor”, clamaba, consciente de que era inútil: "Nos está llamando de todo, ha venido a eso, ha venido a provocar”, recordaba al resto de portavoces pidiendo no entrar en provocaciones. El señor Verdejo nos está llamando de todo, ha venido a eso esta mañana, ha venido aquí a provocar. Yo no voy a cambiar al señor Verdejo y no lo va a cambiar nadie, entonces aquí no tendremos más remedio que aguantarlo, no hay más remedio. Yo no le voy a pedir nada al señor Verdejo. Yo le voy a contestar serenamente a lo que usted ha dicho de mí y de los portavoces y le ruego a los demás que, en el turno de palabra, se defiendan pero, diga lo que diga el señor Verdejo, al que no vamos a cambiar, déjenlo que termine su turno de palabra, es la única manera de que esto se lleve. Él quiere la provocación, alteración, crispación y alteración. Él quiere incendiar, por eso no le echemos gasolina al fuego. Yo he perdido toda esperanza de que este señor se conduzca por la senda de la moderación, del respeto y hasta del civismo. Pero como tenemos que celebrar muchos plenos, por favor, dejémosle que termine, que está en su derecho". 

“La patria no es de Vox, es de todos los españoles”, reivindicó el presidente, reprochando la actitud de Vox, que insiste en echar en cara que el Gobierno de Ceuta recibiera y agradeciera la visita del presiente Pedro Sánchez, del que Vivas no dudó en realizar una defensa cerrada: “

Aquí vino el Estado a movilizar las capacidades ejecutivas del mismo para ponerlas al servicio de Ceuta y de España. Para defender a España y a Ceuta. Aquí vino el Estado para movilizar el Ejército, a traer guardias civiles y policías nacionales, a activar todos los recursos diplomáticos para que Marruecos depusiera su actitud, aquí vino el Estado a decir que Ceuta es España y a decirle a Marruecos que esa es la frontera de España y de Europa. 

Si aquí no viene el Estado, no estaríamos celebrando este Pleno. Aquí no se hubiera celebrado este Pleno porque hubiera sido imposible, porque teníamos 12.000 personas y había otras 15.000 personas dispuestas a entrar. Aquí había, efectivamente, una invasión y esa invasión la paró el presidente del Gobierno, y tiene todo mi reconocimiento. Así es. Todo mi reconocimiento y me da igual que sea el presidente del Gobierno del PP, del PSOE, de Vox o de quien sea. Es el presidente de España. Y el enemigo en política no existe nunca. Pero no existe cuando se trata de defender a la patria, Cuando se trata de defender a la patria, todos a una .Y yo salí la mañana del martes, para defender a Ceuta y a España, en todos los medios de comunicación nacionales y no me dolieron prendas a la hora de reconocer lo que estaba pasando. Y me sentí respaldado por todos los miembros de esta Asamblea, con una excepción, la de ustedes porque estaban en otra cosa: en incendiar Ceuta a mayor gloria de su populismo retrógrado y trasnochado. 

”Vivas reconoció y agradeció sin ambages la respuesta del Gobierno PSOE-UP, especialmente recordando que solo dos presidentes habían visitado Ceuta en el pasado: José Luis Rodríguez Zapatero y Adolfo Suárez: “No siempre todo el mundo actúa como debe y el sí lo hizo, tenía dos opciones quedarse en Madrid y dejarnos abandonados a nuestra suerte y otra era venir y dar su apoyo a Ceuta y es lo que hizo”.

El presidente reprochó también sus desprecios e insinuaciones sobre la población musulmana de Ceuta: "Aquí no sobra nadie, señor Verdejo. Aquí nada más que sobran los violentos. Y para este señor también sobro yo, que si pudiera me pegaba un tiro", lamentaba Vivas ante los insultos que a voz en grito lanzaban el diputado de Vox, Francisco Ruíz..  

Explicaciones que no hicieron mella en Verdejo, que seguía su hoja de ruta, comparando Ceuta con Altsasua y acusando al PP de pactar “con la izquierda y los partidos de la quinta columna” y reprochando el apoyo de Vivas a Sánchez: “Dice cosas muy graves a ver si Casado le va llamar la atención”.

Desde el resto de la oposición, la portavoz de MDyC, Fatima Hamed, tachó de “mentiroso” y “falso” al portavoz de Vox, Carlos Verdejo, al que recordó que hace menos d aun año firmó una declaración institucional por la convivencia. Entonces, Vox apoyaba al Gobierno de Vivas. Ahora no. “Ahora no le interesa, le interesa incendiar, se están retratando”.

Desde el PSOE, Manuel Hernández, apostó por “desmantelar el discurso de odio” de Vox y sus desvaríos, como asegurar que la contramanifestación contra la visita de Abascal estuvo organizada”por varios servicios secretos”. “Las mentiras tienen las patas muy cortas”.