El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ha inaugurado este jueves la nueva pasarela de Miramar junto a parte de su Gobierno, representantes del movimiento vecinal y responsables de Tragsa. El líder del Ejecutivo se ha congratulado por poder dar por fin "satisfacción a una aspiración del vecindario de la barriada y su entorno" sobre objetivos y asuntos "tan sensibles para el interés general como la accesibilidad y la seguridad".

La pasarela, en cuya apertura se ha prescindido a última hora del corte de cinta protocolario, permanecerá abierta al tránsito desde ya y hasta septiembre, cuando habrá que cerrarla al paso temporalmente debido a las obras que va a ejecutar el Ministerio de Fomento en el muro de la N-352 que cae sobre la playa de La Almadraba.

Vivas ha recordado que la inversión realizada "con muchísimo criterio técnico, calidad y solvencia profesional" ha ascendido a 1,9 millones de euros. El resultado tras varios meses de retraso con respecto al plazo de ejecución establecido inicialmente es una obra no solo eficaz para los fines pretendidos sino también estéticamente "creativa" e "innovadora", con componentes "paisajísticos" al erigirse como un mirador a 15 metros sobre el agua en el flanco occidental de la bahía sur, "un paisaje inmejorable".

Los técnicos han explicado que la estructura pesa 18 toneladas y que la solución constructiva más complicada ha sido la central, de 25 metros de largo. Se trata, además, del primer puente de estas características que estará equipado en España con un sistema de GPS y acelererómetros que controlará su oscilación.

La Ciudad ha agradecido la "fluidez" de la relación con el Ministerio de Fomento, Costas y Carreteras para desarrollar el proyecto, que se verá temporalmente afectado por el refuerzo de emergencia del muro inferior, un contratiempo que sin embargo también será según Vivas "un paso más para mejorar esta importante zona de la ciudad afectada y condicionada por la infraestructura crítica de la frontera".