25N

VOX, ausente del pleno extraordinario contra la violencia de género

VOX, ausente del pleno extraordinario contra la violencia de género
La Asamblea, durante un pleno extraordinario con motivo del 25N
La Asamblea, durante un pleno extraordinario con motivo del 25N
La formación liderada por Juan Sergio Redondo no se ha personado en la Asamblea, donde se ha guardado un minuto de silencio en memoria de las mujeres asesinadas en 2022 y se ha dado lectura a un manifiesto reivindicativo

Con ocasión del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia de Género, la Asamblea ha vuelto a celebrar este viernes su acostumbrada sesión plenaria extraordinaria en repulsa hacia la violencia contra la mujer.

Tal y como señalaba Vivas, "el 28 de octubre de 2015, se acordó que el pleno, en representación de todos los ceutíes, celebrara una reunión cada 25 de noviembre para poner de manifiesto su condena y su rechazo más absolutos hacia la violencia machista, así como su solidaridad con las víctimas".

Todos los grupos parlamentarios, a excepción de VOX, han hecho acto de presencia en la cámara, donde, tras un sentido minuto de silencio en homenaje a las 38 mujeres que han sido asesinadas en lo que va de año, la secretaria de la institución ha leído un extenso manifiesto reivindicativo.

Seguidamente, se ha sometido a votación una declaración institucional por la que se ha materializado el rechazo hacia esta verdadera lacra. Como no podía ser de otro modo, la misma ha sido aprobada por unanimidad de los presentes.

El documento al que se ha dado lectura reza así:

La violencia contra las mujeres y niñas es una de las violaciones de derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo. A pesar de que se ha avanzado para erradicarla, tenemos que seguir luchando contra esta lacra que continúa cobrándose vidas.

La violencia contra la mujer o violencia de género se manifiesta de múltiples formas y afecta a millones de mujeres. Hablamos de violencia sexual, trata de mujeres con fines de explotación sexual, mutilación genital, violencia vicaria y violencia a través de las nuevas tecnologías, entre otras. Organismos internacionales como la ONU, la Organización Mundial de la Salud y la Unión Europea consideran la violencia contra las mujeres como un problema de salud pública y una pandemia, una consideración que nace de la complejidad, de los diferentes tipos y de la elevada tasa de violencia existentes hoy en día contra las mujeres.

Y, si hablamos de violencia, la sexual es una de las más habituales y ocultas, afectando, de manera específica y desproporcionada a mujeres y niñas. Se trata de un problema que se asienta en una cultura sexual arraigada en patrones discriminatorios y que debe ser transformada, ya que inflige no solo un daño individual a la víctima, sino que perjudica al resto de mujeres, niñas y, también, niños, quienes reciben un mensaje de inseguridad y vulnerabilidad que limita la libertad y la libre elección.

En nuestro país, este año, han sido asesinadas 38 mujeres a manos de sus parejas y exparejas y solo 12 habían denunciado. Esto significa que sigue existiendo una violencia oculta y latente que debemos atacar por todos los frentes. En Ceuta, desgraciadamente, este año hemos contado una víctima mortal, que dejó dos hijos huérfanos, menores, que son las personas más vulnerables a las que tenemos la obligación de visibilizar, apoyar, asistir y proteger.

La violencia contra la mujer causa daños, sufrimiento, y dolor no solo a las víctimas, sino a toda la sociedad. Por ello, resulta imprescindible seguir aunando esfuerzos; sumando desde la unidad de las fuerzas políticas y el trabajo conjunto y coordinado de todas las Administraciones públicas, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y asociaciones y entidades civiles.

Pero ningún esfuerzo ni acción institucional será fructífero sin la plena implicación, colaboración y concienciación de la ciudadanía y la sociedad en su conjunto. La violencia contra la mujer es un problema público y social ante el que todos debemos actuar. Es necesario avivar la conciencia de cuantas personas son testigos o conocen situaciones de violencia cercana, para que compartan la responsabilidad de la denuncia, y apoyar a las mujeres para impedir que casos de cualquier tipo de violencia sigan permaneciendo ocultos.

El silencio y la resignación no son la respuesta; nunca deben serlo. Ni para la víctima de malos tratos físicos o psicológicos ni para quienes convivimos con quienes los sufren. No podemos tolerarlo. Hay un largo camino por recorrer. Tenemos todavía por delante mucho trabajo de transformación social en todas y cada una de las esferas de la sociedad. Unidos, mujeres y hombres, debemos seguir avanzando en una educación en valores, tolerancia y respeto mutuo; avanzar en una sociedad donde hombres y mujeres compartan los mismos derechos y obligaciones tanto en el hogar como fuera de él; avanzar en una sociedad más sensible y concienciada ante los abusos e injusticias.

Eliminar la violencia contra la mujer sigue siendo una cuestión de justicia social.

VOX, ausente del pleno extraordinario contra la violencia de género


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