El mastodóntico 'Sam Lion', un carguero con bandera liberiana de 190 metros de eslora con 40.000 toneladas de cemento en sus bodegas, rozó la catástrofe este lunes cuando, procedente de Turquía, se disponía a entrar en el fondeadero norte de la ciudad. A la altura de los bajos de Santa Isabel, en los isleros de Santa Catalina, una mala maniobra "inexplicable", casi lo deja para siempre sobre las piedras que le han abierto varias vías de agua que afectan a cinco de sus tanques de lastre alrededor de la quilla.

Desde luego "no es habitual" que el tráfico marítimo por el Estrecho se acerque tanto a la costa, por lo que en contra del mercante quizá jugó el desconocimiento del capitán, las corrientes de la zona, el enorme tamaño del buque...

Sea como fuere, ni hay peligro de contaminación "ni lo ha habido nunca", ha dejado claro este martes en rueda de prensa el capitán marítimo, Jesús Fernández Lera, entre otras cosas porque el buque ya venía casi vacío de combustible (pretendía repostar vía 'bunkering' en aguas del Estrecho ante la ciudad autónoma) y el que llevaba está acumulado "mucho más arriba" de donde tuvo lugar la colisión a primera hora de la tarde.

Aunque pudo haber quedado allí mismo, el barco no notificó ningún problema y solo cuando la gabarra que iba a suministrarle diésel se acercó comprobó que un tanque que debía estar vacío ya contenía agua. A partir de ahí se fueron descubriendo grietas que, ya entrada la noche y previa consulta con Marina Mercante, acabaron aconsejando la entrada del buque en el Puerto.

Junto al muelle de Poniente está varado a la espera de que se decida qué tipo de "reparaciones de fortuna" se pueden hacer en Ceuta en su casco para, esta misma semana, darle autorización de salida. La empresa de salvamento griega contratada por el armador ya ha comenzado a certificar el primer diagnóstico de daños efectuado por el personal de Capitanía y ahora deberá presentar un plan de salvamento con el itinerario que piensa salir para descargar el cemento que porta el buque y repararlo.

La atención al barco, que en un primer momento se barajó que pudiese ir a Algeciras o Gibraltar en lugar de refugiarse directamente en Ceuta, movilizó varias unidades remolcadoras y embarcaciones de Salvamento Marítimo destinadas a ambos lados del Estrecho.