El capitán marítimo de Ceuta, Jesús Fernández Lera, ha avanzado este viernes que las autoridades españolas solamente darán permiso al carguero liberiano que el pasado 3 de julio sufrió graves daños en su casco y estuvo a punto de embarrancar en la costa de la ciudad autónoma para atravesar el Estrecho de Gibraltar acompañado de un remolcador y en dirección a Cádiz, donde se prevé que descargue las 40.000 toneladas de cemento que transporta antes de entrar en astilleros para someterse a una reparación integral.

En declaraciones a los medios, Fernández Lera ha reconocido que los daños sufridos por el ‘Sam Lion’, con 190 metros de eslora, en los isleros de Santa Isabel se han revelado “más graves” de lo que parecieron en las primeras inspecciones.

Los equipos desplazados hasta Ceuta desde Algeciras y Grecia por el armador del ‘bulk carrier’ han conseguido sellar dos de sus tanques de babor y todos los de combustible. “Este fin de semana” se prevé hacer lo propio con otros dos e intentar cerrar las vías de agua del ‘cofferdam’, el espacio entre tanques que se ubica justo debajo del motor principal.

Fernández Lera ha asegurado que las autoridades marítimas españolas son, en principio, contrarias a la idea de llenar esa vía de agua por miedo a que acabase llegando a la sala de máquinas.

“En cualquier caso”, la Capitanía Marítima de Ceuta exigirá al ‘Sam Lion’ para abandonar el puerto de la ciudad autónoma en dirección a Cádiz que haga la travesía “acompañado por un remolcador con suficiente capacidad de tiro para arrastrarlo por el Estrecho en caso necesario”.

El programa de “reparaciones de fortuna” pendientes en el carguero se extenderán presumiblemente hasta “el jueves o el viernes” de la próxima semana, jornadas en las que podría abandonar la ciudad en dirección a La Cabezuela, primero, para descargar el cemento que transporta, y a los astilleros de Navantia después.

El ‘Sam Lion’ tocó suelo en el extremo oriental del litoral de Ceuta, en los isleros de Santa Isabel, debido a una maniobra “inexplicable” que lo llevó demasiado cerca de la costa. El barco no llegó a embarrancar y siguió ruta hacia las inmediaciones de la bocana del puerto de la ciudad, donde iba a repostar combustible a través de una gabarra que, al comenzar las operaciones, detectó las vías de agua generadas.

Según la Capitanía Marítima no ha existido riesgo de vertido o contaminación “en ningún momento”, entre otras cosas porque el barco apenas llevaba gasóleo en el momento de la colisión y el que tenía estaba en tanques “muy por encima” de su línea de flotación.