Las fuerzas de seguridad rusas han sido puestas este jueves en alerta antiterrorista en la región de Stávropol —a 300 kilómetros de Sochi, sede de las Olimpiadas de Invierno que arrancan en menos de un mes— después del hallazgo el miércoles de cinco cadáveres abandonados en cuatro coches con heridas de bala.

Los cuerpos fueron descubiertos en dos barrios distintos de la capital de Stávropol, punto de paso hacia el Cáucaso Norte, donde el Gobierno de Moscú combate a una insurgencia islamista que ha amenazado con impedir la celebración de la cita olímpica. El Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB, antiguo KGB) informa de que en las proximidades de uno de los vehículos se activó un artefacto explosivo casero, aunque nadie resultó herido. Otro bomba fue desactivada con ayuda de un robot.

Rusia ha reforzado la seguridad ante los Juegos Olímpicos y tras los atentados suicidasque acabaron, en menos de 24 horas y a dos días de la pasada Nochevieja, con la vida de 34 personas en la ciudad de Volgogrado, también en el sur del país y a unos 630 kilómetros de Sochi.

Decenas de heridos en los dos atentados, perpetrados presuntamente por la guerrilla islamista del Cáucaso Norte, siguen hospitalizados tanto en Volgogrado como en Moscú, adonde se ha trasladado a la mayoría de los heridos más graves.

El presidente ruso, Vladímir Putin, prometió el pasado 1 de enero desde Volgogrado que las autoridades continuarán la lucha contra los terroristas hasta "su completa eliminación". Las fuerzas de seguridad rusas permanecen en alerta de combate en Sochi, donde el Gobierno prevé desplegar unos 37.000 policías y militares para garantizar la seguridad.