El Liverpool venció 3-0 al Manchester City y dejó la puerta abierta a un futuro esperanzador. Su pareja de delanteros es letal. Luis Suárez estuvo omnipresente y Andy Carroll consiguió dos goles. Mancini no supo pararlos y el City fue un juguete, al que para más inri se le partió la cabeza, Tévez. El argentino se lesionó y Balotelli no estuvo a la altura. Pero a Anfield le daba igual. Desde hoy es consciente de que tiene un nuevo rey al que rendir pleitesía. Comienza la era Carroll en uno de los templos del fútbol.
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