Las aguas entre Gran Bretaña y Argentina, por la soberanía de las islas Malvinas, vuelven a estar revueltas 28 años después del fin de la guerra. La presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, decidió cortar el paso a cualquier barco que pretenda realizar en la zona labores de exploración, prospección o cualquier actividad relacionada con la búsqueda de petróleo. El Gobierno firmó un decreto que exige a esas embarcaciones, que operan bajo paraguas británico, autorización previa para navegar dentro de los límites de su jurisdicción.
Argentina no renuncia a las demandas de soberanía de las isl...