Los arqueólogos del futuro nos estarán agradecidos


Los arqueólogos del futuro nos estarán agradecidos
El ser humano inventó la escritura para no tener que fiarse de la memoria. De todos los soportes que el ser humano ha inventado todo lo que tiene que ser con el grabado en piedra ha demostrado ser el más resistente al tiempo. Quizá sea por ello por lo que los gobernantes de todos los [...]

El ser humano inventó la escritura para no tener que fiarse de la memoria. De todos los soportes que el ser humano ha inventado todo lo que tiene que ser con el grabado en piedra ha demostrado ser el más resistente al tiempo. Quizá sea por ello por lo que los gobernantes de todos los tiempos han elegido las placas para conmemorar sus acciones y dejar su nombre para la historia.

José Rodríguez ha publicado una excelente entrada sobre la construcción del mito político de Jordi Pujol, independientemente de los méritos que haya contraído, durante los años que presidió la Generalitat de Catalunya. En todos los pueblos catalanes hay placas conmemorando una visita de Muy Honorable, llegando hasta el delirio de celebrar su ascensión a una montaña con … una placa.

Después de leer su estupenda entrada me he puesto a pensar en la inmensidad de placas que he visto en calles, plazas y edificios públicos. Cualquier ocasión es buena para dejar un testimonio lapidario del poder temporalmente ejercido. Esta placas, en buena y pulida piedra, y grabadas cuesta dinero a las arcas públicas ¿sirven para algo?

La función informativa de las placas (saber cuando algo se ha inaugurado y quien fue el responsable político en el difícil arte de cortar la cinta) se diluye con el tiempo. Hay cientos de miles de placas que hablan de gobernadores civiles, alcaldes o ministros que ya no ejercen la profesión política desde ha décadas. En el presente, salvo torpeza, todo el mundo debería ser informado de a quien se debe la construcción de ese bonito edificio que alberga la Tesorería General de la Seguridad Social en mi provincia.

El paso del tiempo produce que algo sea relevante, irrelevante, una cosa vieja, hasta llegar a tener importancia histórica. Puede que España lleve decenios, desde el Franquismo, invirtiendo una ingente cantidad de dinero en dejar testimonio pétreo a los arqueólogos de los tiempos futuros para que puedan reconstruir, con toda facilidad, la cronología de quienes nos han gobernado desde el siglo XIX hasta cuando ellos abran la pertinente zanja.


Filed under: Catalunya, Celtiberia, Chorradas Políticas, Política
Posted originally: 2010-08-11 16:30:56

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