Geir Lippestad, el abogado de Anders Behring Breivik, tiene por delante la difícil tarea de defender a un hombre que se ha declarado
autor de la mayor y más sangrienta tragedia vivida en Noruega. Así que su estrategia para evitar que su defendido vaya a la cárcel no puede ser otra que la de intentar convencer al jurado de que su defendido está loco. "Todavía hay que esperar a los informes psiquiátricos, pero en este caso todo parece indicar que el acusado es un enfermo mental",ha dicho hoy el abogado.