El Gobierno chileno reaccionó hoy en medio de críticas por la lentitud en su respuesta al potente sismo del pasado sábado y empezó a enviar asistencia a las castigadas regiones del sur, dio luz verde a la ayuda internacional y reforzó la presencia militar tras los persistentes saqueos.
Dos días después del terremoto de 8,8 grados Richter, muchos municipios del país seguían sin agua potable ni electricidad y los afectados denunciaban que no habían recibido asistencia de las autoridades y los vecinos de algunas localidades incluso tuvieron que organizarse y armarse para protegerse de los saquea...