Es cierto que no sé leer ni escribir y que -al margen de la lengua masai-, tan sólo soy capaz de comunicarme en suahili. Pero mi verdadero lenguaje es el baile y con él me basto y sobro para expresar todo aquello que quiero.
Aunque a veces no sea fácil. Las mañanas son frías, y animales como jirafas, elefantes o cebras suelen frustrar nuestros espacios de entrenamiento. Hace tan sólo unos meses, un guepardo provocó ciertas deserciones en la tropa. No le culpo, era su territorio ancestral y nosotros solo estábamos de paso. Pero el incidente no nos desanimó. Porque el baile es una forma de vida....