Gordon Brown y David Cameron se enzarzaron anoche en el primer debate televisado de la historia electoral británica, aunque el cuerpo a cuerpo entre los candidatos laborista y conservador se vio muy limitado por las 76 normas que regulaban la cita, de hora y media, a la que también acudió el líder liberal-demócrata, Nick Clegg. Un público de doscientas personas, al que no se permitía aplaudir o reaccionar con otros gestos, puso las preguntas seleccionadas.
Cameron partía como favorito dada su normal habilidad ante las cámaras, pero se mostró especialmente tenso durante casi todo el programa y ...