Juan José Imbroda es, desde 2000 el Presidente de la Ciudad de Melilla. El 22 de mayo tiene que renovar, como muchos, la mayoría que le eligió para el cargo. Con quince diputados sobre veinticinco puede dar la impresión de que tiene un margen más que suficiente para volver a conseguir la mayoría absoluta, pero en estos cuatro años las elecciones generales de 2008 sí han abierto la posibilidad a otra tendencia dentro del comportamiento electoral de los melillenses.

Melilla, independientemente de su población y por provisión constitucional, elige un único diputado para el Congreso. En las pasadas elecciones generales los populares consiguieron mantener su diputado, antes entonces de carácter patrimonial y no electoral, por solamente trescientos tres votos (de 32.055 votos válidamente emitidos).

La coalición en el Senado entre CpM y el PSOE y la petición de esta formación del voto al PSOE para el Congreso permitieron que se unificase el voto de ‘izquierda’ en torno a la candidatura socialista hasta estar cerca de dar la mayor sorpresa electoral de ese año.

Ahora vienen las elecciones autonómicas (que en Melilla también son municipales) y la izquierda local se presenta separada, aunque los datos apuntan a que esta separación no tiene que ser inconveniente para que el PP pierda su mayoría absoluta y con ésta, el gobierno de Melilla.

A Imbroda le favorece el voto frentista alimentado durante décadas (ellos con nosotros), pero parece que esa frentismo puede que no sea suficiente como para garantizarle una mayoría absoluta de la que se precisa para renovar su mandato. Y después de la pérdida de la Presidencia de Melilla, vendrá la derrota popular en las elecciones generales casi sin cambio porcentual, un cambio de representantes que nunca tienen en cuenta las encuestas nacionales.

Posted originally: 2011-04-11 09:00:38