El Gobierno ha hecho del Plan de Paz y Convivencia que aprobó definitivamente el pasado 26 de noviembre el pilar de su política en esta materia, uno de los tres ejes que se marcó el lehendakari, Iñigo Urkullu, al llegar a Ajuria Enea, junto a las actuaciones para salir de la crisis económica y el desarrollo del autogobierno. Sin embargo, parece que, por el momento, no ha logrado ganar la atención de los ciudadanos con su propuesta: un 87% de los vascos apenas conoce el plan. Esta es una de las conclusiones más relevantes que se extrae del primer Barómetro Social que ha realizado la Universidad de Deusto, cuyas conclusiones ha presentado esta mañana.

El sondeo —mil entrevistas realizadas a través de Internet entre el 20 de noviembre y el 2 de diciembre pasados— concluye que un 61,4% de los ciudadanos conoce “poco” o “nada” el plan, mientras que para otro 26% la pregunta que se le realizaba era la primera noticia que recibía de su existencia. En cambio, quienes dicen conocerlo “mucho” o “bastante” se quedan ligeramente por debajo del 10%.

Sin embargo, al entrar en detalle en algunos de sus principales objetivos, según la formulación que hacen de los mismos los responsables de la encuesta, el respaldo es mayoritario. Por ejemplo, un 71% apoya “investigar en profundidad todas las denuncias por tortura”, otro 69% “potenciar y completar el proceso de reconocimiento y reparación de las víctimas del terrorismo” y un 64%, “ampliar el reconocimiento de víctimas a los que sufrieron la violencia estatal y parapolicial”.

Deusto ha puesto en marcha este barómetro, que tendrá una periodicidad semestral, con intención de que tenga una parte fija dedicada al análisis del bienestar y las desigualdades sociales y otra variable que en cada caso se dedicará a las cuestiones más relevantes que estén socialmente en ese momento sobre la mesa y que en esta primera entrega se centra en la política de paz y convivencia y el escenario conjunto abierto tras el final de ETA hace algo más de dos años.

Un 30% de los vascos respalda, con unas u otras condiciones, la amnistía de los presos de ETA, entre el 3,2% de quienes la apoyan para todos los reclusos y el 16% de quienes la concederían solo a los arrepentidos sin delitos de sangre en su historial. Frente a ellos, un 48% se inclina por el cumplimiento íntegro de las penas, aunque un 35,7% acercaría a los reclusos a su lugar de residencia. El sondeo pregunta por un preso en concreto, el secretario general de Sortu, Arnaldo Otegi, con cuya puesta en libertad está “muy” o “bastante” de acuerdo el 42,3%, ocho puntos más que quienes se pronuncian “poco” o “nada” a favor.

La labor para consolidar la paz en el País Vasco es mucho más apreciada en el caso del Gobierno vasco, cuya tarea cuadruplica el respaldo que recibe la del Ejecutivo central. Los partidos nacionalistas son vistos por los encuestados como los que más están haciendo por esa consolidación (39% el PNV y 29% EH Bildu), frente al bloque constitucionalista. Quien menos ayuda, según los encuestados es el PP (6%). Es reseñable que en esta pregunta la actuación de ETA para consolidar la paz recibe más respaldo que la de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (16% frente a 14%).

Además de los cambios en la política penitenciaria que apunta el sondeo, un 34% considera que el Ejecutivo de Mariano Rajoy debería dialogar con ETA, sin reconocer el derecho de autodeterminación, mientras un 21% apoya este último. Frente a ello, la actitud mantenida por el Ejecutivo popular de no dar ningún paso hasta que ETA se disuelva es apoyada por el 20% de los vascos.

Un 22,2% de los sondeados desea un Estado independiente, mientras un 29,8% defiende mayor autonomía y el 31,6% conservaría la que tiene en la actualidad.

El Barómetro ha sido elaborado y pueso en marcha por tres equipos de investigación de la Universidad de Deusto que ha coordinado María Silvestre.