La Comisión Europea (CE) y el FMI aseguraron hoy que el programa multianual de reformas que Chipre ha cerrado con la troika pretende crear los fundamentos para la recuperación económica del país mediterráneo, pero reconocieron que su actual sistema de bienestar social cambiará.

El objetivo del plan es "estabilizar el sistema financiero y lograr una sostenibilidad fiscal para crear los fundamentos para la recuperación de la actividad económica y el potencial de crecimiento que preservarán la prosperidad a largo plazo de la población", señalaron el vicepresidente de la CE y comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, y la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, en un comunicado conjunto.

El programa, conocido como el memorando de entendimiento y que recoge los términos y las condiciones del rescate de hasta 10.000 millones de euros que la zona del euro y el Fondo Monetario Internacional (FMI) concederán a Chipre, se construyó sobre otros "pasos importantes" ya tomados por el país para solucionar los problemas en sus dos mayores bancos, el Laiki y el Banco de Chipre, dijeron.

Asimismo, incluye una serie de medidas dirigidas a "garantizar un sector financiero estable, sostenible y transparente" en términos más generales, afirmaron Rehn y Lagarde, que reconocieron que los desafíos que tiene por delante el país mediterráneo son "importantes", pero que subrayaron también que el Gobierno ya ha adoptado medidas de consolidación fiscal significativas.

"El programa implica un ajuste fiscal a un ritmo adecuado que tiene en cuenta el equilibrio entre las preocupaciones cíclicas de corto plazo y los objetivos de sostenibilidad a largo, al tiempo que protege a grupos vulnerables", sostuvieron.

No obstante, el rescate cambiará el sistema de bienestar social con respecto al modelo actual, indicaron.

"El sistema de bienestar social será revisado con el fin de garantizar la sostenibilidad y la justicia social", señalaron Rehn y Lagarde, apuntando a la creación de un modelo de negocio más equilibrado en Chipre en el que la banca ya no tenga tanto peso.

Así, el rescate incluye "reformas estructurales integrales para crear las condiciones para el crecimiento y la creación de empleos", afirmaron los dos representantes de la CE y el FMI.

"Hay importantes desafíos por delante para Chipre. La Unión Europea (UE) y el FMI apoyan a Chipre y a los chipriotas a la hora de ayudarles a restaurar la estabilidad financiera, la sostenibilidad fiscal y el crecimiento en el país y para sus gentes", concluyeron.

En las nuevas negociaciones de Chipre con la troika -la CE, el FMI y el Banco Central Europeo (BCE), el Gobierno de Nikos Anastasiadis logró arañar compromisos a la tríada y un tratamiento favorable a la hora de devolver la ayuda internacional que recibirá.

El memorando establece un periodo de amortización del préstamo de los 10.000 millones de euros de 22 años, a empezar a pagar dentro de diez, y a un interés que oscilará entre el 2,5 % y el 2,7 % .

Chipre tendrá de plazo hasta 2018 para completar su programa de ajuste fiscal, dos años más de lo previsto inicialmente.

Con esta ampliación de dos años sobre el calendario previsto, la adaptación resultará más fácil y las medidas se distribuirán en cinco años en vez de tres, lo que a su vez mitigará la presión.

Nicosia consiguió ganar un año en el objetivo de consolidación presupuestaria, y en lugar de 2016, Chipre deberá obtener ahora en 2017 un superávit primario (antes del pago de intereses) del 4 %.

También recibirá más tiempo en el calendario de privatizaciones de empresas públicas y semipúblicas, que se extiende en dos años hasta 2018, y arrancó a la troika un compromiso en lo que respecta al recorte de la función pública, ya que en lugar de 5.000 de los casi 52.000 empleados públicos que tiene Chipre, deberá despedir a 4.500 hasta finales de 2016.