Cesaria Évora, la voz de Cabo Verde que años atrás inundó Europa de nostalgia, cantó anoche en Madrid en un concierto que su público recibió con entusiasmo y despidió, todo él en pie, con profundo afecto. La gran caja del escenario de los Veranos de la Villa de la Puerta del Ángel, en la ahora destartalada Casa de Campo y tan a trasmano de los madrileños, la cantante africana congregó a miles de sus leales y les dió solo un poquito más de lo que le demandaban: voz, sentimiento y arte.