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Festival de Cine Global Dominicano clausuró el domingo por la noche en Santo Domingo su cuarta edición, con la que ha abandonado la infancia e iniciado el camino de la madurez. El programa mantuvo la línea de anteriores convocatorias con su apuesta por películas que dan pie al debate y a la reflexión sobre grandes y pequeñas cuestiones, con un plus de coherencia y calidad. Además, continuó en su proceso de creación de público, con éxito de asistencia a las proyecciones y a los paneles y talleres, según Omar de la Cruz, director del festival, quien explicó el sábado a EL PAÍS que, por ejemplo, "el Teatro Nacional [de Santo Domingo] tiene una capacidad de 1.300 personas y el día de la inauguración pudimos colocar a 1.500 y se quedaron 350 fuera. El día siguiente, con la presentación de La hija natural, se llenó con 1.200 personas".